Ben Leonberg, el director de la cinta "Good boy", no buscaba hacer una película de terror para asustar, sino para recordarnos lo que amamos.

En su ópera prima, el cineasta estadounidense quiso crear una carta de amor dedicada a todos los perros, y también una reflexión sobre la lealtad que sobrevive incluso frente a la muerte.

“El amor entre una persona y su mascota es puro, sencillo y fácil de entender. No necesita explicación”, dice Leonberg.

La cinta, que fue filmada durante más de 400 días en la casa del propio director, tiene como protagonista a Indy, su perro retriever de Nueva Escocia.

Con un presupuesto mínimo y sin efectos digitales, el director debutante Ben Leonberg construyó una historia narrada desde la mirada de un animal que percibe aquello que los humanos no pueden ver: la enfermedad, el miedo y la pérdida.

“Nosotros no lo entrenamos a él para la película, más bien nos entrenamos nosotros para filmar alrededor de él”, recuerda el cineasta entre risas.

Lo que comienza como un relato de horror independiente se transforma poco a poco en algo más íntimo y doloroso.

Todd (Shane Jensen), quien es el dueño de Indy, se retira a una vieja cabaña familiar en el bosque, buscando obtener tranquilidad, pero en lugar de eso lo que encuentra es un deterioro físico y mental que muy pronto su perro confunde con presencias sobrenaturales.

Aquí, el miedo no proviene de un monstruo: proviene más bien del cuerpo que se apaga.

“Los perros sienten cosas que nosotros no. Si pudiéramos oler y oír como ellos, seríamos superhéroes”, reflexiona el director.

La película evita los efectos generados por computadora y opta por una puesta en escena sobria y sensible. Las sombras, los ruidos del bosque y los sueños del perro se convierten en metáforas de la enfermedad y la soledad.

Todo ocurre desde el punto de vista de Indy: los humanos aparecen borrosos, desenfocados, como si fueran ecos dentro de la mente del animal.

“Desde la mirada de Indy, esta no es una historia de miedo, es una historia de amor. Él sólo quiere proteger al hombre que ama”,

El filme, producido por Jeremy Thomas (Sexy Beast) y Ewa Piaskowska (Essential Killing), llegó recientemente a las salas mexicanas bajo el título "Good Boy". Confía en tu instinto, tras su paso por el Festival Internacional de Cine de Toronto.

Terror y ternura

El estilo discreto, emotivo y de bajo presupuesto (menos de un millón de dólares) que procura Leonberg es comparado con los trabajos de Wes Craven y George A. Romero, maestros del horror psicológico.

“Cuando la gente atraviesa tiempos difíciles, busca consuelo en sus mascotas. Es algo real. Yo también lo he hecho”, confiesa Leonberg.

En la versión de Ben Leonberg, el terror se disfraza de ternura.

Los fantasmas que este perro ve no son entidades externas, sino los síntomas de una enfermedad que devora lentamente al hombre que el animalito ama.

Cada mirada, cada ladrido en la noche, se convierte en una súplica silenciosa por no perder el vínculo que los mantiene unidos.

“La película trata sobre el amor y la lealtad, aspectos que sobreviven, incluso frente a la muerte”, resume el realizador.

A Shane Jensen lo acompañan Arielle Friedman, Larry Fassenden y Stuart Rudin en el reparto.

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