Hoy, Gilberto Recorder puede presumir que es la bailarina con más antigüedad en " La jaula de las locas ". Y no solo del montaje en México, sino de todo el mundo: tiene poco más de mil 700 representaciones, juntando las funciones de la producción de 1992 y de la versión actual, que inició temporada en 2015 en el Teatro Hidalgo y que sigue dando funciones a la fecha.
“Estoy muy agradecido por eso; también ha tenido que ver que cuando hice ‘La jaula de las locas’ por primera vez era de los más chiquitos, ahora no sé si dentro de unos años más podría hacerla nuevamente”, dice este artista que, recuerda, no ha sido fácil estar arriba del escenario… y en tacones.
Porque la primera vez que Gilberto Recorder se subió a un escenario no sólo enfrentó el desafío de igualar a colegas más experimentados, también tenía que hacerlo subido en tacones, con los cuales tenía que bailar y cantar sin perder el equilibrio.
Foto: Germán Espinosa/ EL UNIVERSAL
“Fue un reto, a partir de eso siempre digo: mis respetos para mis compañeras las bailarinas y las mujeres en general, que se presentan a trabajar en tacones, porque es pesado y agotador, terminabas con los pies hinchados, aunque a los 20 todo es más fácil”.
Su debut como bailarín lo hizo como parte del ensamble del musical “La jaula de las locas”, que Silvia Pinal decidió traer a México en 1992 y cuya temática fue polémica en su momento, por tratarse de una historia de amor entre dos hombres, George y Albin, que era dueño de un centro nocturno llamado La Cage aux Folles.
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Gilberto se dice muy satisfecho de que su entrada a los escenarios fue por la puerta grande, y a pesar de que también ha trabajado en grandes shows, el teatro es una de las mejores experiencias que le ha regalado la vida, como ser la cachel (bailarina de La Cage aux Folles) con más antigüedad en todo el mundo.
Fotos: Germán Espinosa/ EL UNIVERSAL
Una gran oportunidad
Gilberto realizó su formación artística en escuelas independientes, entre ellas la de la maestra Socorro Larrauri , cuya carrera como bailarina de ballet inició en 1961, fue gracias a ella que se integró a una compañía que llevaba el teatro a las escuelas de la toda la ciudad, además de otras producciones comerciales y posteriormente en 2004 viajó a Japón para trabajar con Disney en su parque en Tokio, donde estuvo cuatro años, pero sigue considerando a la obra de Harvey Fierstein como su gran oportunidad.
“Esa primera vez hicimos 700 representaciones más la gira. La señora Silvia Pinal (productora en esa ocasión) no estaba realmente mucho con la compañía, pero el trato de ella para con nosotros fue maravilloso, siempre nos daba lo que necesitábamos, de hecho, ella llevó parte de su vestuario para hacer las escenas de backstage, de repente nosotros usábamos la ropa que había lucido en sus películas y otras obras”.
Foto: Germán Espinosa/ EL UNIVERSAL
Esa vez Javier Díaz Dueñas (Zazá), Gustavo Rojo (George), Luis Gatica (Laurent), Luis Gimeno (diputado Dindon) y Liza Willert (señora Dindon), encabezaban el elenco, pero a pesar de esto no todo fue muy bien para el proyecto, recuerda Gilberto.
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“Empezamos muy mal, cuando estrenamos no había gente y además estaba la sociedad de padres de familia afuera del teatro queriendo que cerráramos, en determinado momento la señora habló con nosotros y nos dijo ‘esto no está funcionando, vamos a bajar el telón’, y Javier Díaz Dueñas (quien interpretaba a Albin / Zazá) le propuso que nos diera oportunidad una semana más y si no pasaba nada entonces veíamos, pero algo pasó que detonó la obra y a partir de ese momento estuvimos llenos, fue una maravilla”.
Gran momento
El bailarín recuerda que hace casi seis años cuando Juan Torres le llamó para las audiciones de este montaje, él estaba en Las Vegas trabajando y no podía venir, por lo que pensó que esa oportunidad se le había ido de las manos, pero para su sorpresa le dijeron que el día que regresara se presentara directo a la lectura, es decir, no tuvo que audicionar para convertirse nuevamente en una cachel; aquello sería sólo por seis meses y llevan ya cinco años de temporada.
“El proceso de los ensayos lo disfruté más que la primera vez, porque ya tenía algo de referencia y después de ‘La jaula de las locas’ yo no me volví a maquillar, entonces también ese proceso lo disfruté mucho; qué gran bendición volver a hacer esta obra; ahora, con la madurez que ya tengo, este momento es uno de los mejores de mi vida.
Fotos: Germán Espinosa/ EL UNIVERSAL
“Siempre le pedí al universo que me diera la oportunidad de terminar con ‘La jaula de las locas’, que fue mi primera obra y decía, que sea la última, pero no sé si vaya a serlo porque es muy difícil bajarse del escenario”.
La maravilla de tener fans
“La línea del coro”, “El beso de la mujer araña”, “Aventurera”, “Una Eva y dos patanes”, “Cantando bajo la lluvia”, “Dulce Caridad” y “El diluvio que viene” son algunos de los montajes que ha realizado a lo largo de casi tres décadas.
“No sé si me han dado reconocimiento, pero sí la satisfacción de hacer lo que amo y que además me paguen. Creo que en México no todo es reconocido, no sólo en el ámbito teatral sino en todas las profesiones, no existe el reconocimiento para la gente con talento, eso es algo que tengo que agradecer a Juan Torres, que es un productor que valora el trabajo de los actores y desde el taquillero hasta el director”.
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Fotos: Germán Espinosa/ EL UNIVERSAL
Si bien el montaje de los 90 era maravilloso, en esta producción se siente mucho más en su ambiente, porque más que una compañía se ha conformado una familia, donde no hay competencia entre sus miembros y además se ha logrado una base de fans muy fieles, algo que no sucedió en la primera versión.
“Tenías a nuestros seguidores en la primera, pero ahora nos damos cuenta mucho más, porque hay gente que ha visto la obra más de 200, 150 u 80 veces, incluso ubicamos a la gente perfecto. Es una maravilla esto de los fans, porque luego estás comiendo y te llaman por tu nombre, eso es impactante, es un fenómeno que yo no había vivido ni en la primera jaula y es gracias a tu trabajo, ahí te das cuenta de que se ha logrado el objetivo y mandado el mensaje correcto de la obra”.
La pandemia le baja el telón
Al principio de la pandemia Gilberto tomó de manera positiva el alto de actividades, porque pensaba que sería por pocas semanas y agradecía el descanso porque su cuerpo ya estaba agotado, pero con el paso de los meses descubrió lo difícil que es estar abajo del escenario, lejos de los compañeros de escena y del aplauso del público, por eso se siente feliz de estar ya en temporada, que se prevé sea la última.
Foto: Germán Espinosa/ EL UNIVERSAL
“Creo que nunca estamos listos para cualquier cierre de temporada pero, si tiene que ser, será, cuando Juan nos avisó que íbamos a regresar para terminar definitivamente la temporada, fue como si te agarraran el corazón y te lo apachurrarán, porque no era lo que esperaba, siento que la obra puede dar un poco más, pero también entiendo que de acuerdo a la situación y lo que estamos viviendo, para el productor no es fácil; pero como se cierra una puerta se abre otra y me quedo con las experiencias maravillosas que da el teatro”.
fjb