Felicity Jones sabe lo que es estar nominada a un premio (como en la pasada edición de los Globos de Oro, por su actuación en The brutalist); sin embargo, prefiere no depender de ese reconocimiento como eje de su carrera.
En sus casi 30 años como una actriz, ha estado en la contienda de los galardones más prestigiosos de la industria del entretenimiento.
Su papel en La teoría del todo (2014) fue de los más memorables. Le valió nominaciones al Oscar, los BAFTA, los Globos de Oro y el Sindicato de Actores, mientras que con Rogue One: A Star Wars story (2016) se llevó un Empire Award como Mejor actriz.
Lee también Lanzan petición en Internet para que "Emilia Pérez" no reciba más premios
En televisión, también ha sido reconocida por su trabajo en la miniserie The diary of Anne Frank (2009), que le dio una nominación a los Satellite Awards. Además, su papel en Like crazy (2011) le permitió ganar un premio en el Festival de Sundance, consolidando su reputación en la industria.
Pero incluso con este historial, que podría ampliarse en la próxima entrega del Oscar, Jones ha aprendido a recibir con gratitud cada nominación. Para ella, el verdadero reconocimiento está en la conexión que sus interpretaciones logran con el público y en los proyectos que la desafían artísticamente.
“Es crucial no dejarse llevar demasiado por los momentos buenos, porque si lo haces, ¿cómo enfrentarás los malos?”, se sincera en entrevista con EL UNIVERSAL.
Lee también Emilia Pérez, o el juego de la indignación
“Siempre es importante mantener un equilibrio y protegerse emocionalmente. Lo que sí, con este papel y esta película, recibir este reconocimiento y el respeto de mis colegas es algo que significa mucho para mí” añade.
Se reinventa en su arte
Felicity ha sido aplaudida tanto por encarnar a la esposa del renombrado físico Stephen Hawking como por liderar una misión rebelde en una galaxia lejana dentro del universo de Star Wars.
Ahora, decidió enfrentar un desafío distinto al dar vida a Erzsébet Tóth, sobreviviente del Holocausto que busca reconstruir su vida en Estados Unidos junto a su esposo, el arquitecto László Tóth, interpretado por Adrien Brody.
La película, dirigida por Brady Corbet y que llega a cines el 6 de febrero, explora la resiliencia y las complejidades de una pareja marcada por la guerra y la migración.
Lee también Premios BAFTA 2025: "Cónclave" y "Emilia Pérez" lideran las nominaciones
Erzsébet, separada de László durante años, no sólo afronta las secuelas emocionales del conflicto, sino también las físicas, derivadas de la malnutrición sufrida durante la Segunda Guerra Mundial, que la dejan inicialmente en una silla de ruedas, un reto para el que Jones se preparó con gran dedicación.
“Lo maravilloso de esta película es que no subestima al público; no es obvia. Muchas cosas suceden, pero no se dicen directamente. El reto de mi personaje fue mostrar el trauma sin verbalizarlo, manifestándose tanto en su cuerpo como en su forma de ser reservada”, continúa la intérprete de 41 años.
Lo más importante, enfatiza la actriz, era abordar temas que siguen siendo relevantes en la actualidad y probablemente lo serán más en un futuro cercano.
Lee también Selena Gomez se emociona hasta las lágrimas al ver ganar a Zoe Saldaña el Globo de Oro por "Emilia Pérez"
La fuerza de la interpretación
Y es que, The Brutalist no sólo retrata la historia de una pareja marcada por la guerra, sino las dificultades que enfrentan los migrantes al llegar a un país que, en teoría, representa nuevas oportunidades.
László es un arquitecto talentoso en su país, pero el sistema en Estados Unidos no siempre valora su trabajo, mientras que Erzsébet lidia con las cicatrices físicas.
“Temas como la migración y la creciente brecha entre ricos y pobres, esa división sigue empeorando, afectando a todos”, lamenta.
Sin embargo, más que verbalizar la problemática, aclara, su aporte se da desdes la interpretación, algo que requiere más compromiso que palabras: “La autenticidad surge de dedicar tiempo a investigar, comprender y reflexionar a fondo. Me vuelvo bastante obsesiva en eso, para ser auténtica”, explica.