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cesar.huerta@eluniversal.com.mx
Puede ser una especie de maldición: en dos ocasiones se ha tratado de “revivir” a Pedro Infante en cine con películas recientes, pero ambas han tenido mala suerte.
Una, La pantera negra, está a la espera de distribuidor.
A la otra, llamada Tequila, una historia de amor, le faltó dinero para conseguir digitalmente que el rostro de Infante se pusiera en el de un actor.
En ambos filmes, Arnulfo Reyes (Blue Demon y Pura Sangre) fue el histrión elegido. “Siempre he pensado que la vida me robó esos momentos, también considero que hay algo místico y Pedro quizá no quería que eso saliera, que no era el momento.
“A él me encomiendo mucho, cada persona tiene un santo al que le reza pero yo no, yo le pido consejos a Pedrito, en mi casa hay una foto de él y le pregunto qué haría cuando tengo que decidir cosas. Y sí me ha ayudado”, apunta Reyes.
La pantera negra fue filmada en 2010 en blanco y negro, proyectándose en festivales de cine como Guadalajara y ganando en los de Montevideo y Oaxaca. Dirigida por Iyari Wertta, forma parte del programa de óperas primas del Centro de Capacitación Cinematográfica, que espera lanzarla en conjunto con Imcine.
“Cuando Lupita Infante (hija del cantante) me vio caracterizado, me dio un abrazo fuerte y dijo que yo era su papá”, recuerda Arnulfo.
“En el guión, Pedro regresa de la muerte, a petición de ella misma, para comenzar una serie de enredos”.
En tanto, en Tequila, una historia de amor el entrevistado da vida a Pedro, que a su vez se convierte en Marcial, un enterrador. Dos años antes, junto con el realizador Sergio Suárez Sánchez, se ensayaron gestos.