Ser una celebridad hoy en día implica estar rodeado de popularidad, recibir likes, ser visto como alguien inalcanzable e incluso sin problemas; por eso es cada vez más complicado que un famoso acepte estar rodeado de 60 cámaras y 80 micrófonos que lo sigan en sus momentos más íntimos.
A diferencia del proyecto Big Brother VIP —que en 2002 encerró a famosos para que fueran monitoreados las 24 del día— el reality La casa de los famosos México, que inicia mañana a las 20:30 horas por Las Estrellas, implica un riesgo mayor, pues lo que hagan puede trascender las redes sociales e incluso, convertise en un meme que dure años.
“Hoy en día el público manda al 100 porque las redes sociales mueven al programa; al tener una transmisión abierta a toda Latinoamérica, excepto Brasil, sabemos que vamos a lograr un impacto muy grande; la audiencia, al tener el poder de decidir, va moviendo la casa”, asegura a EL UNIVERSAL la productora ejecutiva, Rosa María Noguero.
La casa de los famosos es un formato para el público latino lanzado primero en Estados Unidos, en donde la cadena Telemundo ha realizado tres temporadas. En ellas, han resonado pleitos de algunas figuras como Laura Bozzo y Niurka, quienes inspiraron varias imágenes que se replicaron en redes sociales.
La versión mexicana contará con la presencia de 14 figuras, de las cuales sólo se ha dado a conocer a Paul Stanley, Raquel Bigorra, Emilio Osorio, Wendy Guevara y Poncho de Nigris.
Va por la revancha
Bigorra confiesa que quiere “sacarse la espina” luego de que, en 2005, cuando estuvo en Big Brother VIP, pidió al público que no votara por ella, para estar con su expareja. Ahora, dice, entra para saldar esa deuda, aún cuando extrañará a su hija Rafaella.
“Es una cuenta pendiente, recuerdo que aquella vez me desanimé. Yo tengo que aguantar como las machas, me siento apoyada por mi esposo y mi familia, les dije: por favor no me vayan a gritar, ‘afuera de la casa, que salga’, porque es un reto personal’”.
El premio de cuatro millones de pesos será para el que permanezca más tiempo en la casa de 300 metros, que cuenta con varias amenidades: jardín, alberca, comedor, cocina, vestidor, gimnasio, fogata, arenal, dos habitaciones, confesionario, baño, dos salas y la suite del líder.
Noguero asegura que la personalidad de cada una de las celebridades que entrará a la casa fue analizada para hacer una selección que conlleve, incluso, a un “ambiente de hipocresía”.
“Buscamos desde el divertido, el conquistador, la estratega, la que tiene un carácter difícil porque es muy seria o muy seca... El que haya diferentes nacionalidades le dará un twist a lo que suceda dentro”, detalla.
La influencer Wendy Guevara, quien se lanzó a la fama por su video viral de Las perdidas, sabe que a diferencia de muchos de sus compañeros, nació en las redes sociales y, además, representa a la comunidad LGBT+, siendo la primera mujer trans en entrar a este reality.
“Quiero dejar una huella como la ha dejado Francis, Alejandra Bogue y muchas chicas más en la industria; abrir caminos a la comunidad gay y trans, porque quiero que vean que nosotras también podemos estar a la altura. Ya estamos en otros tiempos y qué padre que la gente en la televisión nos abra espacios a la comunidad”, destacó.
El reality se enfrenta además a otra sociedad, algo que toma en cuenta la productora: “Ahora con todos los problemas legales en torno al feminismo y a la discriminación debemos estar en un terreno seguro. L o primero que se hace es tener conversaciones con el talento, se les explican las reglas. Tienen la libertad de enamorarse e intimar, pero deben autorizarlo previamente”.