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”Cuando me gradué de la escuela de actuación me preguntaron: ¿qué te quieres operar, boobies o la nariz?”, recuerda Esmeralda Pimentel.
La actriz de 33 años se ha pronunciado en contra de los cánones de belleza impuestos en la industria del entretenimiento.
En 2020 decidió cortarse el cabello y para marzo de 2022 se retiró los implantes de senos que se había colocado 12 años atrás, presionada por los estereotipos.
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“Hace 13 años que empecé mi carrera todavía no se hablaba de estos temas, teníamos muy normalizada la violencia y había que apegarnos a muchos estereotipos. Me lanzaron un mensaje de que no era suficiente, que necesitaba modificarme para pertenecer”, relata Pimentel.
Con su acción quiere inspirar a otras mujeres a reflexionar sobre el amor propio y la aceptación, pero también invitarlas a “cuestionar las creencias y al sistema sin miedo.
“Todos necesitamos y merecemos sentirnos libres, estar cómodos con nuestro cuerpo y nadie tiene derecho a opinar sobre el look el cuerpo o las decisiones de nadie más”.
En una situación similar se encontró Rocío Verdejo cuando comenzó su carrera en televisión.
“En mi segunda telenovela tenía un compañero actor que me decía ‘limoncitos’, el comentario me lo tomaba como algo muy fuerte, pero pues sí, lo aceptas, aunque obviamente me afectaba, porque en ese entonces, con la poca conciencia que tenía, era así”.
Hoy, destaca, sería una agresión hacer un comentario sobre el cuerpo de otra persona, más si este señala un estereotipo de belleza.
Hace 23 años, convencida de que era lo que debía de hacer, Verdejo se puso implantes junto a su mejor amiga, Iliana Fox, quien dice que desde antes de entrar a cirugía se arrepintió.
“En ese segundo sentía que algo no estaba bien. El amor propio, la autoaceptación, eso que es fundamental en un ser humano, sentía que estaba saltándomelo y poniendo mi energía y mi valor en donde no debería. Nunca fui feliz con mis implantes”, acepta. “Lo hice porque era la moda del momento y mi mejor amiga tuvo la iniciativa”.
En su caso, la decisión de explantarse la tomó en 2015, después de que experimentó una serie de síntomas de la enfermedad llamada en inglés “Breast implant illness (BII)”: Una contractura, fatiga crónica, depresión, pérdida de cabello y piel seca. Sin embargo, varios cirujanos se negaron a quitarle los implantes y fue hasta febrero de este año que finalmente lo consiguió.
“Fui a ver a ver muchísimos doctores y casi todos me decían que no lo hiciera, hubo uno que me dijo que me tendría que quitar parte de la costilla porque mi tejido estaba muy mal”, resalta Fox.
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Verdejo, quien siguió los pasos de su amiga, se quitó los implantes el mes pasado, después de que su cuerpo, como método de defensa, los encapsuló, provocando que se rompieran y se deformaran.
Otro padecimiento es el síndrome de Asia, que provoca, entre otros síntomas, inflamación muscular, fiebre y pérdida de memoria.
Sin embargo, el aumento de senos sigue siendo la cirugía estética más común para las mujeres a nivel mundial. Según el último reporte de la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica Estética ISAPS, realizado en 2021, la popularidad de esta había aumentado +0.5% en los últimos cuatro años. De ahí que las tres actrices busquen hacer conciencia sobre el impacto social y de salud que los implantes pueden provocar.
“Lastimar tu cuerpo por querer pertenecer a un estándar es muy fuerte. Es importante saber que eres un ser único y que tus desigualdades son tuyas, son hermosas y te hacen ser quien eres”, resalta Fox.