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Mucho se habla en el presente de la reina Isabel II y la familia real, luego del fallecimiento de la monarca en septiembre y del reciente estreno de la quinta temporada de “The Crown” en la plataforma de Netflix. A través de dicha producción y de otras personas que han dado testimonios, se ha podido conocer un poco más a la madre del rey Carlos III.
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Uno de los testimonios que circula en internet es el del fotógrafo que contó qué parte del cuerpo la reina Isabel II no quería que le fotografiaran. Si bien hubo siempre profesionales de este rubro que no siguieron ninguna de las indicaciones, los fieles artistas de la imagen que estaban bajo su contratación llevaron a cabo sus pedidos al pie de la letra.
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Uno de ellos fue el reconocido fotógrafo John Rankin , que pudo trabajar muy de cerca con la monarca y llegó a conocerla un poco más en su intimidad y sus gustos personales. El momento que recuerda el profesional y que mencionó en el podcast “Tea with Twiggy”, fue el que compartió con la hija de Jorge VI en su Jubileo de Oro, en 2002.
Reina Isabel II de Reino Unido. Fuente: Instagram @_isabel_ii_
“Por supuesto que ella entró y una ola de empoderamiento la inundaba. Nunca había sentido esa aura y fue muy divertida desde el minuto que llegó”, fue parte de su declaración acerca de la fallecida reina de Reino Unido. “Lo que me encantó de ella es que era tan inteligente y todo en respuesta a lo que decía tenía un giro increíble. Fue muy, muy brillante”, fue su halago a quien fotografió con mucho respeto y cariño.
La reina Isabel II sonriendo para la cámara de Rankin. Fuente: Instagram @rankinarchive
Respecto de las indicaciones y la condición que impuso Isabel II para que la fotografiaran, Rankin mencionó que cuando él le propuso tomarle fotos sosteniendo una espada, ella le negó el pedido porque no le gustaban sus manos. Algo que tiene sentido si se recuerda que la monarca siempre lucía sus extremidades con guantes y que además fue blanco de críticas cuando apareció en una de sus últimas fotos en vida con las manos con hematomas.
Tiempo después del suceso relatado por el fotógrafo , el Palacio de Buckingham se puso en contacto con él para agradecerle su trabajo y mencionarle que la reina estaba feliz y conforme con sus fotografías y que eran sus favoritas. Una de las más llamativas tuvo a su majestad con los labios pintados de rosa y delante de la bandera de su territorio. Sonriente, la madre de Carlos III, posó en uno de sus mejores momentos.