era el auténtico reflejo del estilo que hilvanó en sus diseños: comodidad, minimalismo, líneas limpias, colores neutros, lujo y atención al detalle.

El diseñador, quien falleció ayer a los 91 años, reinventó el traje y apeló a una sobriedad que contrastaba en los años 80, con una elegancia desenfadada. Decía que no había virtud alguna en crear ropa y accesorios que no fueran prácticos.

The Times destacó que su sello estuvo en desechar las hombreras, forros y rigidez para crear un traje que “da confianza sin imponer personalidad”, y sobre todo, dar libertad a quien lo porta.

Con esa misma elegancia y sutileza a la vez, Armani estuvo trabajando hasta sus últimos días y se despidió del mundo, con un anuncio oficial de su cada de modas:

“Con una tristeza infinita, el Grupo Armani anuncia el deceso de su creador, fundador y motor infatigable: Giorgio Armani. En esta empresa siempre nos hemos sentido como una familia. Hoy, es con profunda emoción que sentimos el vacío dejado por quien fundó y alimentó esta familia con visión, pasión y dedicación”.

Armani, nacido en Piacenza en 1934, tuvo una infancia marcada por el hambre de la posguerra y el estallido de un proyectil de artillería que casi le cuesta la vida. De ahí se dio cuenta que no todo en la vida era glamour.

Lee también:

Pasó de la escuela de Medicina al ejército, y luego a un empleo en unos almacenes, y a un taller donde conoció mucho sobre textiles.

Se dio cuenta de que, al igual que muchas personas como él, no tenía acceso a la alta costura pero se podía diseñar para una clase media que quería verse bien.

Comenzó entonces a reinventar el traje, aun cuando eso generó polémica y resistencia.

Fue pionero del concepto “power suit” y del enfoque andrógino en la moda, adaptando tejidos y cortes masculinos para la mujer.

Convirtió el traje en un espacio habitable, no en una coraza, de acuerdo con los expertos de la moda. Y en ese gesto se cifra su legado: la ropa como extensión del cuerpo y de la personalidad, jamás como una imposición externa.

El impacto cultural llegó incluso a Hollywood, donde fue solicitado para trabajar en filmes como Gigoló americano (1980), donde Richard Gere aparece probándose trajes Armani frente a un clóset súper ordenado; una imagen que se volvió símbolo hoy de un estilo moderno y seductor.

También colaboró en películas como Los Intocables, El lobo de Wall Street, Batardos sin gloria y El año más violento.

Vistió a figuras como Julia Roberts, Cate Blanchett, Sophia Loren, Leonardo DiCaprio, Lady Gaga, Jennifer Lopez, Penélope Cruz.

Lee también:

Su imperio

Es reconocido por su talento creativo y su visión empresarial.

Su marca, símbolo de la moda contemporánea, alcanzó ingresos de más de 2 mil 700 millones de dólares al año.

Sin embargo, en los últimos meses, la salud de Giorgio Armani comenzó a deteriorarse.

En junio, no pudo estar presente en los desfiles de la Semana de la Moda, pero aún así siguió trabajando discretamente.

Ayer, el alcalde de Milán, Giussepe Sala, declaró un día de duelo y la casa de modas de Armani izó la bandera italiana a media hasta en señal de luto.

Este fin de semana, se abrirá una capilla ardiente para que los seguidores puedan despedir al diseñador. El lunes, de acuerdo con la voluntad del propio Armani, habrá un funeral privado.

Únete a nuestro canal ¡EL UNIVERSAL ya está en Whatsapp!, desde tu dispositivo móvil entérate de las noticias más relevantes del día, artículos de opinión, entretenimiento, tendencias y más.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Comentarios

Noticias según tus intereses