Todo se mantiene en secrecía, pero pronto se sabrá de un monstruo mexicano de más de dos metros de altura con tintes eléctricos y que además asesina a quien lo ve.

Se trata del protagonista tenebroso de Game over, cinta de género que está terminando su posproducción para comenzar su corrida festivalera, apuntando inicialmente a Sitges, el certamen más importante del orbe, que se realiza en España.

Albert Pons, productor español del largometraje, adelanta un poco de lo que se verá.

“En principio la película trata sobre un videojuego maldito que cuando lo juegas el monstruo mata, entonces (visualmente) tiene el origen de algo eléctrico, infantil, pero malvado. Finalmente es un juego de terror que fue apartado del mercado.

“Agarramos a un actor de dos metros y cacho de altura, delgado, que estuvo con un coach físico porque el traje es pesado y teníamos que estar seguros de que podría con él y moverse”, detalla Pons.

El diseño del monstruo corrió a cargo de Gabriel Solana, mexicano que lleva tres décadas trabajando en Hollywood en cintas como La leyenda del Zorro, Scary movie y 9/11.

“Fue la apuesta de la producción y sus ganas de volver a México, no fue fácil porque los presupuestos de aquí son otros”.

El año pasado, brevemente para EL UNIVERSAL, Solana dijo que también habría diseñado los cuerpos de las víctimas.

“No solo son cuerpos desmembrados y mutilados, sino que quería algo no tan gore, pero sí más estético, así que estarán torcidos, como fracturados por dentro y creo eso tiene más impacto psicológico”, explicó.

Carla Adell (Párvulos), Costanza Andrade (Las azules) y Juan Pablo de Santiago (Un actor malo) conforman el elenco principal, contando también con la actuación de Jatzke Fainsod, Samantha Acuña, Kerry Ardra y Efrén Ruiz.

Game over es la ópera prima de Carlos Marín, autor del guion junto con Katya Narro, habiéndose filmado enteramente en Guadalajara en locaciones como el Hospital Infantil Guadalupano Salvador de la Torre, el Bosque de la Primavera y también algunas carreteras.

Fue financiada con estímulo fiscal, FILMA Jalisco e inversión privada, bajo la producción de la compañía mexicana Pulsar Films, cofundada en 2020 por Pons y Luis Bohigas.

Pons creció prácticamente de la mano de Sitges, en Barcelona, e incluso trabajó en dicho festival antes de radicar en México.

Luego de esta película se planea rodar El gran show de Luceferio, de la mano del realizador español Caye Casas (La mesita del comedor), en la que unos produtores intentarán crear la producción televisiva más importante de la historia, contratando a una familia de bajos recursos a fin de someterla a distintas pruebas que, sin son aprobadas, garantizan su futuro.

Por su parte, las manos de Gabriel Solana son de las más codiciadas de Hollywood: han hecho más “respingona” a Catherine Zeta-Jones; convertido en un ser aterrador a Lindsay Lohan y han ocultado los 17 tatuajes de Charlie Sheen.

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