A los 17 años, cumplía el sueño de muchas adolescentes: protagonizar su primera telenovela. Pero lo que debía ser un momento de celebración se convirtió en uno de los momentos más difíciles de su vida.

Y es que, a su corta edad, la también modelo recibió crueles críticas y fuertes burlas sobre su aspecto físico, y que aún arrastra.

Fue durante su participación en el podcast "Dinner's on me" que la mexicana recordó, sin filtros, el precio emocional de haber alcanzado la fama.

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Y es que, tras su debut como Lola en "Lola, érase una vez", la juzgaron por su apariencia y no por su talento.

 “Los fans estaban esperando la revelación de este personaje, y subí al escenario y canté una canción. A la mañana siguiente aparecieron los presentadores y dijeron: ‘Uf, es tan fea, es tan gorda. ¿Por qué la eligieron a ella?’”, contó con la voz entrecortada. “Me sentí avergonzada de mí misma”.

Eiza también relató que la presión por cumplir las expectativas del medio la llevó a desconectarse de sí misma:

“Me perdí. Fui muy cruel conmigo misma, con mi cuerpo, con mis pensamientos, porque nunca me sentí lo suficientemente buena. Y es algo que se queda contigo para siempre porque te marca de por vida.”.

A esta situación se sumó la muerte de su padre y la presión de los medios, algo que terminó por "destruirla" emocionalmente:

“Tenía que fingir que estaba bien, sonreír en entrevistas, ser un ejemplo a seguir, mientras por dentro estaba destruida”, confesó.

Hoy, más de una década después, Eiza reconoció que las heridas que le provocaron en su adolesencia no se borran tan fácilmente, pero ha logrado sobrellevarlo: “Te marca de por vida. Nunca me sentí suficiente y esa lucha por alcanzarlo todo te consume”,

No es la primera vez que Eiza habla del tema. En otras ocasiones ha mencionado lo duro que fue crecer en una industria que juzga sin piedad.

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