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Cannes.— En una de las playas más exclusivas de La Croisette, la del emblemático Hotel Carlton, celebridades fueron acogidas con una cena especial, rodeadas de miles de flores frescas de colores pastel que sólo fueron opacadas por el atuendo azul de lentejuelas de una figura: Demi Moore.
La actriz brilló además con joyas de la firma más importante de Cannes, Chopard, que ha acompañado este encuentro fílmico por más de 25 años. Su copresidenta y directora artística, Caroline Scheufele, es la diseñadora del reconocimiento más codiciado: la Palma de Oro.
Anoche, la actriz fue la madrina del Trophée Chopard, la distinción dedicada a los histriones que la industria confía en que alcanzarán la gloria. Se trata de un carrete de película de oro recubierto de plata sobre una base de cristal, que ella entregó a la actriz Sophie Wilde ("Talk to Me") y al actor Mike Faist ("West Side Story").
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“Estoy muy emocionada de estar aquí. Han pasado 27 años desde que vine al Festival de Cannes y recuerdo que ver todo lo que ocurría me pareció un milagro. Este lugar representa no sólo lo más alto del arte cinematográfico sino el sitio en el que los sueños se convierten en historias”, dijo en el evento, al que acudió en exclusiva EL UNIVERSAL.
Faist dio un discurso emotivo, diciendo que sabía que estaba sobre los hombros de gigantes y que al estar en Cannes y haber podido ver a Coppola presentar su filme "Megalopolis", se sentía muy humilde al entender cómo esto es un ciclo en el que algunos empiezan y otros quizá tengan cerca sus últimas creaciones.
Sophie, por su parte, habló de los nuevos desafíos, como el de hacer una película al lado de Nicole Kidman, Jean Reno y Antonio Banderas (Babygirl).
Entre los invitados destacó todo el jurado de la Sección Oficial, con su presidenta, Greta Gerwig, además de la presidenta de Cannes, Iris Knobloch, y el delegado general, Thierry Frémaux.
Desde 2001, el premio ha sido concedido a varias estrellas emergentes como Marion Cotillard, Diane Kruger, Léa Seydoux, Florence Pugh y Gael García.
“En mi país, ser madrina significa que eres la persona autorizada para darle a los niños todo lo que los padres no les permiten. Como dulces y juguetes. Así que para los dos premiados, si algún día tienen algún antojo, algún capricho, ¡yo soy su chica!”, bromeó la despampanante Moore.