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En 2008, Marvel y DC Comics, los eternos rivales del mundo de los superhéroes, se encontraban en una encrucijada que cambiaría el curso de su historia cinematográfica.
Mientras Gotham celebraba su héroe enmascarado en Batman: El caballero de la noche, su cinta más exitosa hasta el momento, Iron Man de Marvel despegaba sorpresivamente como un cohete Stark, marcando el inicio del MCU, el nuevo universo de superhéroes.
Marvel había vivido una especie de “Guerra Civil” interna durante los años 90. Su crisis financiera hizo que repartiera sus preciadas joyas: Spider-Man se balanceó rumbo a Sony, los X-Men se unieron a la Hermandad de 20th Century Fox, y algunos, como Iron Man, esperaron a ser producidos de manera independiente bajo el sello de Marvel Studios.
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Lo de DC era diferente, la empresa ya había establecido su fortaleza en la taquilla desde los días de Christopher Reeve, quien llevó a los espectadores más allá del cielo como Superman en 1978, y los mantuvo ahí con secuelas exitosas.
El sendero continuó resplandeciente con Tim Burton y su Hombre murciélago entre 1989 y 1995, sacando de las sombras a un Michael Keaton que marcó la infancia de miles. Ese éxito incluso le permitió a DC fracasar con el Batman de George Clooney (2007) y la Catwoman de Halle Berry (2004).
Los mundos se confrontan
Pero la criptonita de DC apareció cuando menos se esperaba: Marvel, adquirida por Disney en 2009, activó poderes ocultos cuando Batman cautivaba con la trilogía de Christopher Nolan, estelarizada por Christian Bale y Heath Ledger.
Desde ahí, en sólo década y media, Marvel ha volado tan alto como para recaudar, en 47 películas, más de 48 mil millones de dólares (ajustados a la inflación). DC se ha quedado más en la tierra, con poco más de 10 mil millones en 19 filmes.
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Un análisis de EL UNIVERSAL muestra las pérdidas de DC en todos los terrenos. Sony y Disney, que ahora controlan el universo de Marvel, han invertido más de 8 mil millones de dólares, de los que han visto un retorno espectacular de 454%.
DC, por su lado, con una inversión de casi 3 mil millones en su veintena de filmes, ha recibido un ingreso modesto del 250%. En términos simples, cada vez que Marvel libera una aventura, ésta en promedio genera más del doble que cualquier hazaña de DC.
En el campo de batalla de los mil millones de dólares en taquilla, sólo cuatro filmes de DC han cruzado ese umbral (El caballero de la noche, Aquaman, Batman vs Superman y Mujer Maravilla). Mientras Marvel ha rebasado esa barrera 13 veces. Además, la de 2 mil millones en cuatro ocasiones, y los 3 mil millones una, con Avengers: Endgame (2019).
Si hablamos de fracasos, incluso El incleible Hulk de Edward Norton, que se halla en el sótano de Marvel al obtener 379 millones de dólares, supera a 10 filmes de DC, entre ellos The Flash de 2023.
Sólo Flash podría salvarlos
Las causas de este declive de DC son diversas, según expertos. Una de ellas es intentar construir a toda velocidad, como si tuvieran a Flash haciendo el trabajo de planificación: “ (En DC) previeron 20 películas en 10 años sin un plan como sí lo hizo Marvel, que desde el inicio buscó directores, escritores y después formó el universo”, dice Jean Enríquez, de Geebox.
DC padeció además los escándalos de Ezra Miller (Flash) y la salida sorpresiva de Zack Snyder, el “arquitecto” de su universo. La fusión con Discovery Inc. también nubló los proyectos recientes, dejándolos en un limbo de negociaciones.
Con todo, los fans confían en que se descubrirá la cura para la criptonita que ha afectado a sus superhéroes, allanando el camino para nuevas hazañas.