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Para la cineasta Alexandra de la Mora fue importante reconocer el proceso de convertirse en madre o padre, ya que es un momento en la vida en la que sucede una transformación profunda y que retrata en su ópera prima Dante y Soledad.
Estelarizada por Irene Azuela y José María Yazpik, la historia sigue a Inés (Azuela), una mujer independiente pero cuando nace su bebé se adentra en una confusión con falta de sueño, dolores físicos, mientras que el único lugar donde puede encontrarse es un acuario de agua salada que le recuerda al mar.
“Un poco hemos dejado de lado la complejidad que conlleva ser madre o padre, por ser el acto más común que se vive en este planeta Tierra”, expresó De la Mora en entrevista realizada dentro de los Estudios Churubusco.
“Es muy importante ver una película así, que se cuenta de una manera muy onírica. Pero es importante para las mujeres y los hombres reconocer el proceso tan profundo de transformación que se vive a partir de la llegada de un hijo”.
Este largometraje de 90 minutos tendrá su estreno el próximo 25 de octubre durante la edición 2023 del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM), en el Teatro Matamoros a las 17:45 horas
“Me documenté con miles de personas que estaban teniendo hijos a mi alrededor”, comentó la directora, escritora y productora de este filme que se grabó en Los Ángeles, Palm Springs, Joshua Tree y Malibu, en California, EU.
A la realizadora le nació la idea de crear esta cinta cuando acababa de ser madre, tenía a su hija de un año y justamente estaba leyendo una novela de Guadalupe Nettel, un cuento corto que se llama “El matrimonio de los peces rojos”, del cual está basado su película.
“Había como una energía en ese cuento que me gustaba, que trata de la llegada del primer hijo y como el rompimiento en sí de la pareja; fue un gran punto de partida”.
Reconoció que sí fue demasiado difícil hacer este filme durante 19 días, de los cuales nueve fueron con la pareja estelar con un equipo de 12 personas en total, incluyendo a los actores dentro de una casa en un proceso íntimo.
“Hacer una película es muy difícil. He tenido una carrera como actriz por los últimos años y cuando decidí dirigir, empecé con un poco de comerciales, pero dirigir una película es un paso muy grande”.
Alexandra afirma que Irene Azuela tiene muchas ganas de que sigan colaborando juntas.
“Yo en la dirección y ella como actriz. Ella siempre me ha encantado y me ha inspirado muchísimo y somos grandes amigas”.