Los Ángeles.— Para Alfonso Cuarón ser productor de Le Pupille (2022) significó ser cómplice de su directora italiana Alice Rohewacher, con quien este año está nominado al Oscar a Mejor Cortometraje.
“Estoy feliz del reconocimiento que está teniendo Alice, que me parece una de las cineastas en general más interesantes y más importantes que hay en el cine actual. Yo más bien estoy aquí de fan de Alicia. Es una película 100% de ella. Su sensibilidad es única”, dijo Cuarón a EL UNIVERSAL minutos después de estar en el auditorio David Geffen del Museo de la Academia acompañando a Rohewacher y a los realizadores de los cuatro filmes que compiten por el Oscar.
Este año Cuarón fue nominado por la Academia convirtiéndose en la segunda persona en ser nominada en siete categorías distintas —sin contar su candidatura ganada a Mejor Película Internacional por Roma (2017)— guardando en sus vitrinas cuatro, un par por Mejor Director con Graviedad y Roma.
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El realizador, que se aventó un “¡Viva México!” en plena entrevista, dijo estar emocionado por asistir mañana al Teatro Dolby a la ceremonia con su gran amigo de Guadalajara, Guillermo Del Toro, nominado a Mejor Película Animada por Pinocho.
“Me sumo a Guillermo que habla que la animación no es sólo un medio para niños. La animación es una forma de expresión fílmica, de la misma manera que son los cortometrajes, documentales y las películas en cualquier idioma en cualquier cultura. El cine es el cine. Cortometrajes que defienden derechos humanos”.
En la sala proyección del Museo de la Academia, los directores de Le Pupille , An Irish Goodbye , Ivalu , Night Ride y The Red Suitcase compartieron se sentir.
“Quise hacer una película para contestar la eterna pregunta de cómo cortar un pastel”, dijo Rohewacher, que agradeció que Cuarón la buscara para proponerle hacer un cortometraje que sucediera en las fechas de Navidad. La producción se terminó haciendo en plena pandemia.
Distribuido por Disney+ , Le Pupille sucede en 1943 en un orfanato de niñas de Italia, cuyo orden se ve alterado ante la llegada de un hotel, surgiendo en sus personajes temas de rebeldía ante la autoridad y la celebración del espíritu libre.
“Yo sólo quería una rebanada de su pastel. Siempre he sido fan de Rohewacher, así que cuando surgió la idea al final del año de hacer un corto que celebrara las distintas culturas, idiomas, procedencias, religiones, el primer nombre que vino a mi mente fue el de Alicia”, compartió Cuarón en el Museo.
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