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Cuando el Sol se pone la fiesta inicia, y justo esto fue lo pasó este domingo en el Autódromo Hermanos Rodríguez. Mientras la noche caía, el escenario principal del Corona Capital 2025 empezó a llenarse de todos aquellos fans que estaban ansiosos de revivir su etapa emo.
No hubo empujones entre los asistentes, solo el murmullo que anticipaba la aparición de una de las bandas que definió a toda una generación. Pasadas las 20:10 horas, las luces se tiñeron de azul, el logo de AFI apareció al fondo y el corazón del público volvió a vibrar, tal y como lo hacía en la década de los 2000.
Pero, apenas la banda salió al escenario, los problemas técnicos también se hicieron presentes. Una falla con el audio por poco arruina la experiencia de los asistentes que pedían se solucionara de inmediato con gritos como: “¡Súbale!” o “¡El audio!”.

“Girls Not Grey” dio inicio al espectáculo, mientras, a un costado de la tarima, una intérprete de lengua de señas seguía cada verso con las manos, convirtiéndose en un elemento perfecto de la energía del show.
Davey Havok apareció con una chamarra de cuero, bigote recortado y su icónico cabello rizado. Saltaba, giraba y provocaba, dejando claro que el espíritu del rock seguía intacto.
La noche cayó por completo durante “Holy Visions”, justo cuando la rueda de la fortuna iluminó el cielo detrás del escenario, formando una postal digna de presumir en las redes sociales.
“Corona Capital, buenas noches. Bienvenidos”, gritó Havok antes de soltar un español que provocó euforia: “Oye, somos un fuego adentro… ladrones suaves ahora.” Así dio paso a “Beautiful Thieves”.
En un movimiento rápido, el vocalista se quitó la chamarra para revelar una playera roja sin mangas, que dejaba ver los tatuajes negros que cubren sus brazos.

El setlist avanzó con fuerza:“Dancing Through Sunday”, “Behind the Clock”, “17 Crimes”, “I Hope You Suffer”; y entre tema y tema, Havok repetía en español: “Muchas gracias, México”.
Cuando llegó “Silver and Cold”, los fanáticos se entregaron como en un reencuentro pactado. Fue el momento que tanto esperaba esa generación que creció entre muñequeras negras y cinturones de estoperoles, cuando la música no solo era moda, sino identidad.

“México, muchas gracias a todos por estar con nosotros”, dijo Havok antes de la última estocada. Entonces sonó “Miss Murder”. El final perfecto. El grito millennial que sigue encendiendo corazones, dos décadas después.
AFI se despidió entre aplausos, manos tatuadas, flecos imaginarios y la certeza de que, por una hora, todos volvieron a ser adolescentes en el Corona Capital 2025.
Lee también Corona Capital 2025: Frío, cansancio y bandas icónicas marcan el inicio del tercer día del festival
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