Más Información
“¡Qué hueva!”, fue lo primero que pensó el músico y cantante Pascual Reyes cuando se enteró de la idea de que su banda, San Pascualito Rey, fuera protagonista de una película. Era 2015 y los cineastas Yulene Olaizola y Rubén Imaz, sus amigos, le pidieron registrar el proceso de su nuevo álbum.
“No somos un grupo que llene grandes estadios, no había razón para que nos hicieran algo así”, recuerda Pascual.
Pero sí la había, aunque ninguno de los tres, junto con el otro realizador Luis Flores, tenía pensado que la cámara sería testigo de una gran crisis del grupo, en la cual los pleitos y reclamos eran eje. Olaizola e Imaz dejaron el documental por cuatro años, tiempo en el cual salieron de la banda Luca Ortega (batería), Alejandro Otaola (guitarra) y Rodolfo Wright (sintetizador).
“Después de tanto tiempo de tener guardado todo, los dos se echaron un clavado y vieron la historia, la crisis, la tensión. No es un documental como el tradicional donde se ve a los músicos de gira y triunfando, aquí hay tensión, reclamos, algo atípico para un documental de rock”, expresa Pascual.
El resultado fue Canción que quema, largometraje que estrena el próximo viernes.
“Había una cercanía y confianza con la banda, pero sí hubo momentos en que nos dijeron que nos alejáramos o que apagáramos la cámara. Ya en la edición no hubo censura de ninguna manera; nos daban comentarios, pero a la mayoría no hicimos caso”, dice Olaizola.
La primera vez que Pascual vio el documental, para el que realizó la música, recuerda que no sabía dónde meterse.
“No es que no me gustara el trabajo, sino que ver cómo yo reaccionaba (en la pantalla), cómo actúo e interactúo no es algo que hubiera querido mostrar. Ya después, en otras funciones (el FICG), ya me veo como personaje y pues ahora ya no soy esa persona”, destaca.
Canción que quema se estrenará en salas de la Ciudad de México, Estado de México, Cuernavaca y Pachuca, el viernes en función única de las 20:00 horas.
Después se vivirá una experiencia similar el día 24 en Guadalajara y la zona del Bajío, y el 1 de diciembre en Tijuana, Zacatecas, Monterrey y San Luis Potosí.