Un arma es detonada. Esa bala es un escudo protector. Ese escudo traerá incertidumbre a una familia rota. La mujer que ha disparado y matado a su esposo en defensa propia es la misma que llora 13 años después frente a millones de espectadores. Llora porque su hija, Charlize Theron, recibe el Oscar a Mejor actriz.
Hay muchas historias detrás de quien se aproxima esa estatuilla. En las alturas donde los premios de la Academia de Hollywood presumen mucha de esa ilusión que emana del cine, en la que los actores desfilan casi perfectos y felices, no parece ser un mundo terrenal. Pero lo es.
El camino para llegar ahí puede ser tan sinuoso como el de superar el asesinato de tu padre a manos de tu madre y buscar un equilibrio emocional (Charlize Theron), o que tu familia escape de una secta que deambula por Latinoamérica (Joaquin Phoenix) y te cambie hasta el apellido, o sufrir un infarto y la muerte de tu madre casi al mismo tiempo, y aún así regresar para hacer el papel de tu vida (Banderas).
La ceremonia suele ensalzar algunas realidades. En ella, se protesta contra la guerra, se dan discursos sobre desigualdades y otros problemas coyunturales en ella, pero, de manera menos directa, ésta se ensalza en sus protagonistas, cuyas historias no siempre conocidas también inspiran.
En EL UNIVERSAL buscamos la esencia de esos personajes, descifrar un poco a las actrices y los actores nominados al Oscar en 2020. Ha sido un recordatorio que invita a creer en el cine desde otra perspectiva: la de personas que recrean fantasías para evadirnos y, a veces, sin pretenderlo, nos aterrizan con su esencia, que ante todo es humana.