El diseño de producción y el sonido recayó en mexicanos que ya saben lo que significa estar en la fiesta de Hollywood.
Eugenio Caballero
Cuando era pequeño, Eugenio Caballero prácticamente comía mientras veía el canal 4, donde por las tardes se transmitían mayoritariamente películas en blanco y negro de la época de oro del cine mexicano.
Ahí vio Macario con Ignacio López Tarso, alguna dirigida por Luis Buñuel y toda la gama de personajes interpretados por Tin Tan y Cantinflas.
“Había una cosa casi casual, por decirlo de alguna manera, involuntaria, de comer con ese canal prendido y de alguna manera, too eso se metió en mi ADN”, recuerda.
“Por otro lado soy un niño de los 80, mi memoria es la del cine de aventuras con Indiana Jones, la Guerra de las Galaxias, ET, cosas que me marcaron visualmente”, agrega.
El cine lo había atrapado. Sin saberlo quizá se topó en las calles de la Roma con el cineasta Alfonso Cuarón, 11 años mayor. Los abuelos de Eugenio vivían a cuatro cuadras de donde había crecido el cineasta y también iban al cine Las Américas, mismo cine que Cuarón pediría recrear para su más reciente filme en blanco y negro.
“Cuando comencé el proyecto me conectó mucho con memorias perdidas, que es un poco lo que me interesa del planteamiento de Alfonso”, dice.
Hoy él y Bárbara Enríquez buscarán el Oscar por el diseño de producción de ROMA.
Lo curioso es que, cuando era adolescente, deseaba ser abogado.
Hijo de un arquitecto, creció entre libros de la especialidad y la contemplación del arte, carrera que estudió en Florencia, Italia, y comunicaciones, aunque sólo algunos semestres, en la Universidad Iberoamericana.
¿Y saben? la Roma, esa colonia devastada por el terremoto de 1985, sirvió para madurar como persona.
“Me formé como adulto joven en una ciudad llena de ruinas y cicatrices, el temblor pasó cuando tenía 13 años y de ahí hasta los 23 caminaba mucho por la ciudad y en todas las calles de la Roma había un edifico en ruinas o la huella de uno.
“Cuando empecé a hacer mis primeros videoclips nos metíamos a edificios desahuciados para tener imágenes más impactantes y esas cosas de una manera totalmente irresponsable, creo todo eso me formó”, considera.
Sergio Díaz
La petición que le hizo Amat Escalante fue precisa: un monstruo que no causara miedo en "La región salvaje", en la cual un ser con tentáculos devoraba sexualmente a hombres y mujeres.
“Dije: perfecto, vamos a utilizar los movimientos corporales, de algo que va arrastrándose por todo el piso, una sugerencia gutural en su sonido y respiración”, recuerda Sergio Díaz.
Las cosas salieron bien. Después de todo, Díaz había colaborado en la manufactura del personaje fantástico central de El laberinto del fauno, en donde tablas, hojas y humedad se conjugaron para dar vida auditiva.
Así que cuando el productor Nicolás Celis le dijo hace casi dos años que estaba en un proyecto grande, sin informarle el título, pero sobre una familia en la Ciudad de México, sólo sonrió.
“Es sencilla”, dijo para sus adentros quien llevaba más de 70 proyectos en su haber.
No se imaginaba que era con Alfonso Cuarón y le llevaría los siguientes 18 meses de su vida sentarse con él casi a diario tras el día de rodaje y luego comunicación vía Internet.
ROMA lo tiene a las puertas del Oscar en la categoría de Edición de sonido, en la que también se encuentran los trabajos de Rapsodia bohemia, Black Panther, El primer hombre en la luna y A quiet place.
La categoría reconoce al mejor trabajo que equilibra todos los sonidos, grabados y creados.
El trabajo usó tecnología Dolby Atmos, que permite usar 164 canales y no los seis tradicionales, lo cual da sensación de 3D en las salas.
“Para los autos que se ven, yo llegaba y mientras los demás trabajaban, yo grababa los motores de todos lados, de afuera, adentro, cualquier cosa quería; ya en la noche llegaba le mostraba y ahí iba. Ya luego enviaba lo que llevaba y regresaban, literal, una biblia de comentarios”, agrega.
Grabar en 25 de diciembre para tener menos ruido actual, usar elementos naturales como lluvia con granizo, fue parte del proyecto.
“Me decía mi madre que, cuando preguntaba qué quería ser de grande, yo contestaba que doctor o director de cine, y pues algo tiene un vínculo con lo que estoy haciendo y que me apasiona”, concluye Díaz.
José Antonio García
Por él la armadura de Iron Man se escuchaba espectacular o las voces de Ben Affleck y Steve Carell sonaban claras en "Argo" y "Super Agente 86".
José Antonio García, conocido como "El Tiburón" tiene en su filmografía más de 70 producciones en el departamento de Mezcla de sonido , responsable de grabar con la mayor fidelidad posible, el sonido en set.
Por su trabajo en ROMA está nominado al Oscar, donde se medirá al de las cintas "Nace una estrella", "El primer hombre en la luna", "Black Panther" y "Rapsodia bohemia".
El Dolby Atmos, tecnología que fue incorporada y que permite la utilización de más de 150 canales, en lugar de los cinco tradicionales, hizo más complicada la labor.
“Era más delicado en la microfonía de los actores porque sabíamos que se iban a estar moviendo, así que se pensó en sonido muy volumétrico, cuidando tener la suficiente separación. Grabamos muchos ambientes de merolicos, motores”, recuerda.
“Para la escena final, en la playa, todo fue complicado. Un día antes entró una tormenta tropical y debilitó el muellecito construido para ellos y estaba baile y baile (moviéndose), era de ver que no se cayeran los micrófonos”, recuerda divertido.
García llegó a EU hace 30 años buscando oportunidad de trabajo, pero su apellido no le ayudaba. “¿A poco hablas inglés?”, le preguntaban.
Era 1989 y pocos eran los mexicanos que se aventuraban a incursionar en Hollywood. Dos años después Alfonso Cuarón, a quien había conocido mientras eran ambos asistentes en el medio audiovisual, lo invitó a Sólo con tu pareja y ahí comenzó todo.
El Charolastra lo convocó para "La princesita", su ópera prima en la meca del cine y después a 2Y tu mamá también", internacionalmente famosa.
Y ahí ha hecho "El solista" y "Avengers". Es la segunda ocasión en que buscará el Oscar, luego de que en 2013 compitió por "Argo".
El día de la nominación lo sorprendió pues, ahora sin proyecto, perdió la importancia de la fecha.
“Está de poca mad…, siempre hay una cosa de incredulidad y emoción cuando pasa eso, aunque ya lo hayas vivido”, apunta.
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