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Venecia.— Ya había desfilado dos veces por la alfombra roja del Festival Internacional de Cine de Venecia, había dado dos ruedas de prensa internacionales, múltiples entrevistas y photocalls en la demandada agenda de la muestra en el que el actor mexicano participa con dos cintas muy diferentes: la del director chileno Pablo Larraín, Ema, y la cinta de espías cubanos Wasp network, del cineasta francés Olivier Assayas en la que da vida a uno de los espías, cuando EL UNIVERSAL se encontró con Gael en el Hotel Excélsior para confirmar que en las distancias cortas luce igual que bajo los reflectores: lleno de energía, con una agenda que explota y en el mejor momento de su carrera.
“No hay nada más machista que ser un caballero”.
Para Gael, hay algo evidente que se puede ver en la película de Larraín en la que interpreta a un bailarín de danza moderna que sufre con su pareja Ema (Mariana Di Girolamo) el trauma de haber devuelto a un niño tras una adopción fallida. Y es la forma de pensar de la nueva generación que ha roto tabúes.
“Seguimos hablando del machismo, el patriarcado, las diferentes percepciones del feminismo pero nos urge encontrar nuevos lenguajes para incorporar también las cosas recientes y llevarlas hacia una discusión más interesante, estamos en una crisis de masculinidad”.
Y pone de ejemplo a una escritora colombiana que dice que cuando todos opinan que el reggaetón es completamente macho, antifeminista e irrespetuoso, están equivocados.
“A mí tampoco me gusta el reggaetón, me divierte pero no es el tipo de música que escucho, porque lo que no les gusta en realidad es que el reggaetón no es caballeroso y no hay nada más machista que ser un caballero”, señala Gael.
En ese sentido, agrega, esa música es una reivindicación.
“Pone a todos en el mismo nivel aunque de una forma extraña. Obviamente estamos hablando del más alto nivel de reggaetón”.
Según Bernal, es imposible definir al hombre contemporáneo, lo cual es maravilloso.
“Decir: ‘estas son las claves para ser el hombre perfecto’ sería el mayor error machista. Ha habido excepciones pero si hacemos un poco de memoria y vamos hacia el siglo XIX y principios del XX es fácil ver cómo había cierta fascinación por la perfección. Por decir, ‘él nunca ha dicho una mentira, él siempre lo ha hecho todo bien’. Venimos de ese punto en el que se suponía que los hombres eran perfectos, lo cual es una falacia; lo que ahora percibimos y amamos es que no lo somos. Los hombres vulnerables son los más atractivos”.
Definir al hombre en palabras, sostiene, es caer en una trampa pero hacerlo con acciones es más fácil.
“Por ejemplo, yo ahora voy al mercado y veo a muchos papás cargando a sus bebés, eso es algo que antes no pasaba y que trae nuevas discusiones, especialmente la de la femineidad porque ahora nosotros también tenemos el derecho de cargar a nuestros bebés y estar con ellos, entre muchas otras cosas”.
Siempre soltero. Gael dice que nunca ha pensado en la idea de tener un matrimonio para toda la vida y que es momento de deshacernos de la idea de que la familia nuclear es la única que funciona.
“Está claro que este tipo de familia no va a salvar el mundo ni lo ha hecho antes. Fue un invento de la era medieval para organizar las herencias y saber quién iba a continuar con el legado, etc. Al final del día, es una decisión personal”, indica.