“Como director, estuve cargando muebles, ayudando al staff para la luz, para muchas cosas; por necesidad debemos ser más guerrilleros y así poder salir adelante”, dice Rafa Altamira, quien durante estos meses de pandemia ha filmado un par de largometrajes.
When you are gone y No requiered tranlations, historias de suspenso y comedia, respectivamente, ambas con talento internacional y mexicano, son los dos filmes del director tapatío que fueron hechos con mínimo presupuesto.
“Cuando se dijo que podía filmarse de nuevo, aprovechamos que Guadalajara no era zona de riesgo, nosotros financiamos la película y a los actores les dimos hospedaje y todos los protocolos disponibles”, detalla.
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Ambas cintas forman parte de las más de 10 producciones mexicanas, mayoritariamente tapatías, que desde julio, y en etapa de pandemia, han logrado filmarse. Una cifra muy inferior a las 12 mensuales, entre documentales y ficción, que se realizaron durante 2019, según se extrae del Anuario Estadístico de Cine Mexicano que edita el Imcine.
Los protocolos sanitarios elevaron entre 20% y 30% de presupuesto promedio de una cinta. Películas que estaban programadas originalmente para el primer semestre del año pasado, se atrasaron meses.
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Varias cintas como Verde, azul o café, de Erick Blackmer, usaron pocos lugares de filmación. A veces una sola bastaba para hacerla multimodal y aprovechar espacios.
“Prácticamente estuvimos aislados, en una casa y afuera de la ciudad, tomándonos temperatura diario”, expresa.
De acuerdo con la Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica, en el medio audiovisual mexicano y hasta febrero pasado se habían realizado más de 50 mil pruebas para detectar Covid-19, de las cuales cerca de 700 habían salido positivas. No se había registrado un solo brote en set, hasta el mes pasado.
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“El costo es lo de menos, lo importante es la salud”, señala Santiago García, quien produjo 25KM/HR con Ana Serradilla y Mauricio Ochmann.
“El punto es cuidarnos todos, para que eso siga avanzando para el bien de todos”, indica.
Cintas que estaban en posproducción también experimentaron modificaciones.
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Poderoso Victoria, cinta ubicada en los años 30 y protagonizada por Damián Alcázar, necesitaba efectos visuales por computadora y eso atrasó un poco el proceso.
“El problema fue que ahora no se podía tener a todos trabajando en un mismo lugar sino cada quien en su casa y para hacer eso, pues se necesitaba equipo”, recuerda Raúl Ramón, director del filme.