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Las huelgas de actores y escritores del año pasado en Hollywood generaron que se abriera una oportunidad para el cine local y para los contenidos alternativos en la pantalla grande, y esto es sólo es el preámbulo para su permanencia entre las preferencias del público.
Así lo considera Roberto Quintero, cocreador de la cadena exhibidora Cinemagic y socio de Cineamérica en Estados Unidos, quien señala que se dio una reconfiguración del público y la exhibición en este 2024 que está por terminar.
Quintero explica lo anterior con el caso de la película Casi el paraíso, protagonizada por Miguel Rodarte y Esmeralda Pimentel, que durante su corrida comercial captó casi 700 mil asistentes.
“Después de la huelga en Estados Unidos, el cine local de cada país tuvo más hueco y, por otro lado, parecería que el contenido alternativo le está gustando a la gente, parece que se vienen buenos tiempos para eso, para el ánime, para las películas nacionales. En nuestro caso, las películas mexicanas cada vez conectan más con el público como Casi el paraíso, lo que da el ejemplo de que se generan productos de calidad”, comenta el ejecutivo.
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En este nuevo espectro, apunta, están funcionando las salas independientes, gremio al que pertenece y de las que se estima hay cerca de 500 en la República mexicana.
“El público está descubriendo el contenido alternativo, mi punto de vista es que faltan pantallas para este tipo de material; entender que no todas esas producciones tienen salida comercial (tradicional), hay el que tiene salida a través de salas de arte, de cineclubes”, destaca.
Este año, durante el primer cuatrimestre y de acuerdo con cifras de la Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica (Canacine), la Cineteca Nacional observó mejores números de asistencia en relación con las grandes cadenas exhibidoras que operan en México.
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En su momento, María Novaro, hoy exdirectora del Imcine, indicó que esto se debía a que el público deseaba variedad en la programación y no encontrar un solo género en seis pantallas de un complejo.
A pregunta expresa, Quintero subraya la necesidad de incentivar en cada entidad cinetecas que permitan exhibir variedad de cintas.
“Hay que promover eso para que así ese cine independiente que no va a salir por razones obvias en salas comerciales, encuentre salida y pueda ser visto”, apunta.
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El sector independiente representa menos de 10% de salas existentes en México, contabilizando unas 200 mil butacas globales.
Cada cine da empleo, en promedio, a un máximo de 10 personas.
Las empresas pequeñas son aquellas como Cinebox y Cinemagic, que en conjunto no llegan a las 200 pantallas.
Los cines de este corte se encuentran en lugares donde no tienen presencia las grandes compañías exhibidoras, como en las ciudades de Juchitán y Huahuapan de León, en Oaxaca; San Andrés Tuxtla, en Chiapas; Atotonilco, en Jalisco y Matehuala, en San Luis Potosí, por mencionas sólo algunas.