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Ya han pasado 17 años desde que Christian Chávez hizo pública su orientación sexual. En marzo de 2007, no era tan sencillo como ahora que una figura pública homosexual hablara abiertamente de sus preferencias, en especial una tan importante como él que, a un año de finalizar la telenovela Rebelde, gozaba de todos los reflectores en plena gira mundial con sus compañeros.
En realidad, Chávez habló de algo tan personal después de que se filtraran fotos en internet donde aparecía casándose con su entonces pareja, B.J. Murphy, dos años antes.
Hoy, está sorprendido por los terrenos ganados en la comunidad LGBT+. No sólo como miembro sino como activista, sabe que falta mucho por hacer, pero quiere destacar primeramente el camino andado. En especial, que México no es estático, sino que, considera, evoluciona, como el hecho de que la próxima presidenta en México sea una mujer: Claudia Sheinbaum Pardo.
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“Han pasado muchísimas cosas que son esperanzadoras. Estamos hablando de un país machista donde una mujer va a ser presidenta. Luego, lo que sucedió con Wendy (la mujer trans que ganó un reality show en cadena nacional), es algo sin precedentes. Creo que estamos viviendo un país en el que todos cabemos, hay muchos temas que se han trabajado, aunque aún faltan algunos por resolverse”, destaca.
Catarsis escénica
Parte de ese cambio es, para él, manifestarse sobre el escenario, ya sea con su grupo RBD, con quienes han tomado una pausa después de la gira, o con Mentidrags, obra en la que se presentará en agosto y septiembre próximos.
“Para mí es un sueño regresar al teatro musical casi siete años después, y además de la mano de Mentiras en su versión drag. Creo que esta versión se disfruta más porque lleva las situaciones a un lugar que a lo mejor en un lugar hetero no llegarían, esto es una representación de mi libertad”, considera el cantante.
En la puesta en escena, dará vida a Emmanuel, un hombre que tiene una relación con cuatro mujeres al mismo tiempo, lo que desencadena conflictos provocados por un deber ser social: “Él ha tenido que darle gusto a todo el mundo en una sociedad machista y trata de librarse, como lo hacemos a veces muchos miembros de la comunidad”, señala.
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“La información es poder, a lo que uno le tiene miedo es a lo que no conoce. Mientras la gente más se informe, podemos cambiar las cosas”.
Espera que no sólo el mes del Orgullo LGBT+ sirva para reflexionar sobre el respeto a las diferencias, sino que todo el año se cambien realidades que lesionan a millones diariamente.
“Están la violencia de género, los asesinatos, crímenes de odio que no se han tipificado, el respeto a las personas con una sexualidad distinta, la prostitución, el lenguaje inclusivo. Nos hace falta mucho pero ya vivimos en un país donde te puedes casar como hombre, algo que hace años era inimaginable”, apunta.