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cesar.huerta@eluniversal.com.mx
Carlos López Estrada tiene casi la mitad de su vida radicando en Estados Unidos así que su ópera prima fue en inglés, estrenó en 500 pantallas de ese país y fue considerado por la revista Variety como uno de los realizadores a seguir en el futuro.
“¡Aún no lo creo!”, exclama el director de 29 años, en entrevista sobre Blindspotting (Punto ciego), que estrenó el pasado fin de semana en cines nacionales.
La cinta cuenta la historia de un hombre de color (Daveed Diggs) que reevalúa su vida al lado de su mejor amigo (Rafael Casal).
Varias escenas nocturnas se rodaron en un clima muy frío.
“A ellos los conozco desde hace seis años y los respeto mucho, así que cuando me invitaron al proyecto hace año y medio, me di cuenta que valía la pena hacerlo; todo se hizo en Oakland, California, la ciudad de donde son ellos y en donde está basada su historia”, comenta López Estrada.
“Claro que hay problemas, como en todos los rodajes, pero todos estábamos en lo mismo, el crew lo sabía, se daba cuenta y apoyaron con todo. Me interesaba realizarla para mostrar cómo las experiencias te hacen ver las cosas desde varias ópticas, además de cómo se mueven las personas de un lugar en una constante búsqueda”, agrega.
El entrevistado es hijo de la productora Carla Estrada (Sortilegio, La hora pico), pero desde los 14 años se fue a estudiar al país del norte y luego incursionó en el mundo de la publicidad y los videoclips.
En 2014 estrenó su corto Kangaroo Court, un viaje onírico en el que animales tienen cuerpos de personas.
La película fue responsable de cerrar actividades en el Festival Internacional de Cine en Guanajuato, función a la que llegó para apoyarlo su madre, quien dijo sentirse como pavorreal.
“Se ha vuelto mi maestro, porque es una persona que sabe mucho, se entrega a todo lo que hace y lo disfruta, pero lo más importante es que es un chico con los pies en la tierra”.
Incluso, la productora acepta que por ello le mandó algunos episodios de la serie sobre Silvia Pinal, que está por estrenar, para que los criticara y diera su opinión.
El manejo de la cámara es trepidante en varias escenas de Punto ciego, llegando a hacer cinco cortes en apenas 20 segundos.
“Al hacer cortos aprendes a comunicarte de forma práctica y eso sirvió aquí”, dice López Estrada.
“A mí me ofrecieron oportunidades muy importantes en Estados Unidos, pero me apasiona mucho poder contar historias con las que se identifiquen los latinos.
“Mucha de las responsabilidad que tenemos los mexicanos al salir del país es agarrar todas esas herramientas y traerlas de vuelta aquí, para impulsar el cine que se hace en México”, comenta.
Por ahora, señala el joven cineasta, espera volver al largometraje en 2019, aunque no da detalles de las historias que tiene en mente.