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El ganador del Oscar, Juan José Campanella, participa en un capítulo especial de La ley y el Orden: Unidad de Víctimas Especiales, serie que está celebrando su 25 aniversario, un hecho que para él es un caso especial del entretenimiento en EU y el mundo, uno en el que América Latina necesita trabajar más.
“Esto no lo ha podido lograr nadie más además de en EU, tanto en la cantidad de episodios como en cantidad de años ya ha superado a todas. Para que nuestras historias logren algo así falta universalidad, porque no alcanza con el público de un solo país”, dijo Campanella, quien ha estado al frente de películas como Metegol (2013).
El director hace una comparación con el mercado latinoamericano, en el que le gustaría un alcance mucho más grande respecto a sus producciones, que a su vez les pueda dar también longevidad.
“Sería mucho más fácil si Luis Gerardo Méndez, que es el actor mexicano con el que yo he trabajado, fuera estrella en toda Latinoamérica o que los actores argentinos los fueran en México también y empezáramos a crear un mercado mucho más grande, entonces tendríamos muchas más posibilidades de tener esas duraciones”.
Juan José Campanella sabe muy bien de lo que habla, ya que ha sido parte de La ley y el orden desde el 2000, y de ahí ha dirigido alrededor de 30 capítulos hasta hoy; es por eso que fue invitado a dirigir un episodio especial, el cual se transmitirá el 18 de junio por Universal TV, como parte de los festejos del 25 aniversario de la serie.
En el capítulo 550 de esta temporada 25, que lleva por título “Merodeador”, la detective Olivia Benson (Mariska Hargitay) reabre un caso de desaparición de 1997, donde la hermana de una colega es la víctima. Conforme avanza la investigación, más casos salen a la luz y se da cuenta que está ante un asesina serial, pero con más de dos décadas de olvido, será todo un desafío dar con el culpable.
“Era una historia difícil porque tenía muchas escenas del procedimiento, de la parte de cómo encuentran al asesino, esas son secuencias de exposición, de menos intensidad dramática, así que había que buscar el ritmo y la energía, pero los actores ayudaron mucho” cuenta.