Antes de que existiera C. Tangana, hubo un rapero que “lo petaba” en la escena del rap madrileño bajo el seudónimo de Crema.
Ese chaval de poco menos de 20 años, Antón Álvarez Alfaro, decidió romper con los convencionalismos del hip-hop, esos que dictan a un artista qué hacer y qué no, o incluso cómo debe vestir. En lugar de seguir las reglas del género, optó por forjar su propio camino.
Así nació C. Tangana, un artista que dejó atrás la pureza del rap para incorporar géneros como el reggaetón y el pop a su música, acompañado de videos conceptuales y referencias al folclor de su tierra. Ese giro lo convirtió en blanco de críticas, pero también lo catapultó a lo más alto del panorama musical.
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En 2021, el lanzamiento de El madrileño no sólo consolidó su éxito, con más de 5 millones de reproducciones en Spotify en su primer día, convirtiéndose en el mejor debut de un álbum español en la plataforma, sino que también le valió tres premios Grammy Latinos.
Antón se ha acostumbrado a acallar voces críticas, especialmente porque cree que la visión artística no tiene por qué limitarse. Parte de esa búsqueda se refleja en Esta ambición desmedida, su documental que estrena hoy en cines mexicanos.
“No fue sencillo verme discutiendo, o furioso, ver esos momentos elevados de tono, o tirándome un pedo, o qué sé yo. Al principio les dije a los directores: ‘Claro, métanlo al docu, no hay problema’. Después llegaba a mi casa dándole mil vueltas y pensando, ¿por qué carajo les dije que dejaran eso?”, reconoce C. Tangana a EL UNIVERSAL.
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Detrás del show
El proyecto documenta las vivencias del artista entre 2018 y 2022, periodo en el que comenzó la creación de El madrileño. Más que un simple registro, se convirtió en un testimonio del día a día de una producción conceptual, tanto dentro como fuera del escenario.
“Al inicio queríamos grabar el vínculo de Pucho (C. Tangana) con los artistas que iba a colaborar (Omara Portuondo, Eliades Ochoa, Andrés Calamaro), porque creíamos que en el género no se había trabajado con estas personalidades, pero pronto tomó otro rumbo y vimos que lo principal era retratar el esfuerzo y las contradicciones diarias de un artista”, cuenta Cris Trenas, una de las directoras.
El documental evolucionó hacia una exploración más íntima, mostrando cómo un artista se involucra por completo en su producción y en su gira mundial.
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Una complejidad que, asegura C. Tangana, bien podría aplicarse a cualquier otro artista apasionado: lejos de la idea de que todo llega de manera sencilla cuando el espectador está frente al escenario.
“Tuvimos que innovar, que crear cosas que no existían, que poner cámaras en mi rostro en el escenario, una mesa enorme y pesada que había que llevar a todos lados, cortinas tejidas de una forma específica, un montón de detalles que no creímos que era necesario tomar en cuenta para un show. Creo que es importante que el público vea eso, cómo un artista se involucra en eso, cómo no sólo llegamos al escenario y todo está listo”, explica el español.
De hecho, una de las partes más importantes que quería mostrar en este documental es que ningún proceso creativo es lineal ni perfecto. “Eso es lo que, de alguna manera, lo hace interesante y que te engancha como espectador, porque ves que no es algo fácil, que hay momentos de duda, que hay momentos de crisis donde parece que ya no se podrá continuar. Creo que eso lo hace mucho más humano”, dice Antón.
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A pesar de las complejidades, para el cantante, uno de los momentos más significativos fue retratar tareas aparentemente sencillas, como reunirse a comer con su equipo para agradecer el esfuerzo que todos habían puesto en la gira.
“Esa unión, esa familia que se forma alrededor de algo que amas. Y creo que, para mí, eso es lo que le da un significado más profundo a todo esto”, subraya.
Sin reglas
Al concluir su propio documental, C. Tangana dio un nuevo paso en su carrera como cineasta con La guitarra flamenca, un proyecto en el que asumió completamente el rol de director, reafirmando que su línea artística no tiene limitaciones.
“Cada vez que posteo algo en redes, la gente me dice: ‘Cállate y ponte a cantar’, pero esto era algo que ya tenía ganas de hacer. Empecé a grabarlo en medio de la gira y espero que también llegue pronto a México. Es mi nueva faceta y estoy muy emocionado”, comenta.
Sus proyectos fueron presentados ya en San Sebastián y Rotherham, pero estrenados en España y ahora en México; algo que para el español tiene sentido: “México es el único lugar además de España donde se que tengo un mercado, se que en cualquier momento en el que yo sienta que en España ya no tengo más cabida mando todo a la mierda y me voy pa’ México”, dice C. Tangana entre risas.