Tras casi cuatro décadas de trayectoria en cine, Brigitte Broch ha dicho adiós al mundo del diseño de producción, con una película rodada en Italia.

La ganadora del Oscar por su trabajo en Moulin rouge y quien creó y decoró sets de cintas como Amores perros, Hidalgo, la historia jamás contada y The read, ahora opta por gozar de la lectura.

Su última cinta, titulada Madame luna, está anunciada para ser estrenada el próximo día 18 en el país de la bota, con camino para llegar posteriormente a streaming.

“Fui un buen rato a Italia a hacerla y dije, ‘con esto ya tengo’. Fue en Sicilia y terminé mal porque me rompí un tendón, así que me tuvieron que mandar a casa un poquito antes”, cuenta.

El largometraje dirigido por el sueco Daniel Espinosa (Morbius y Life, vida inteligente), tiene como tema central la migración, basada en hechos reales. Es protagonizada por Meninet Abraha (Bed time), Claudia Potenza (Basilicata coast to coast) y Emanuela Vicorito (Gomorra: la serie).

“Sigue habiendo mucho migrante que llega de África (a Europa) y siguen esos casos terribles donde la gente se ahoga y se pierde en el camino; la mayoría llega. La historia principal es de una mujer que también la vio difícil y viene de Eritrea, pero que tiene un peso en su conciencia porque ella fue culpable de mandar a mucha gente en una embarcación y murió”, dice.

Con 80 años de edad y cinco décadas radicando en México, la artista de origen alemán será reconocida en septiembre próximo con el Ariel de Oro, que anualmente otorga la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas a las grandes trayectorias.

De ello, Brigitte está feliz, pero intenta que su ego se quede guardado, procurando mantenerse así en su mundo personal.

Su carrera cinematográfica la inició con Bandidos, de Luis Estrada, a la que siguieron trabajos con realizadores como Alejandro González Iñárritu y Baz Luhrmann.

“Ahora estoy retirada, me acaban de ofrecer una (película), pero yo qué tengo que ver con los gringos, Afganistán y el ejército, así que no. Quiero ya tener algo más tranquilo”, bromea.

“Ahora paso mis días en casa, leyendo, ha sido mi gran pasión desde chica, incluso antes de poder leer. Tenía libros al lado de mi cama que me contaban mis padres. No paro porque para mí significa entrar a mundos desconocidos”.

El jueves, en la Facultad de Cine del que fue fundadora hace siete años, fue distinguida con la develación de una butaca que quedará en el auditorio de la institución.

“No soy fan de los grandes premios, ni siquiera del Oscar, pero sí se siente bonito”, dice al respecto. Entre los homenajes que ha recibido Broch en su carrera se encuentran el del Festival Internacional de Cine en Guanajuato, donde se le otorgó la Cruz de Plata por su trayectoria, en donde dijo que quien deseara estar en la carrera, no debería negarse a cargar cables.


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