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Bárbara Mori recuerda que muchos años los vivió en el miedo. Y en lugar de dejar que las cosas fluyeran, les oponía resistencia.
“Tuve que aprender que todo es un aprendizaje, pero si las cosas se enfrentan como yo lo hacía es peor, como me pasó de joven”, dice la actriz convencida.
Así que estos 13 meses que se llevan de pandemia, donde prácticamente el medio audiovisual se detuvo, los toma con calma. Filmó una película a fines del año pasado, pero eso no la exime de haber experimentado pérdidas.
“Ahora no tengo miedo de qué va a pasar con mi carrera, porque no sólo la tengo de actriz sino hay otros caminos que he explorado (escritora de un guión y productora) y, si una cosa me da una cosa, otros otra y así es, hay que saber adaptarse”, subraya.
La entrevista con Bárbara Mori se da durante la promoción de "Todo lo invisible", cinta dirigida por Mariana Chenillo, donde se muestra cómo la vida, en segundos, cambia.
En la historia interpreta a una profesionista, esposa de un doctor (Ari Brickman), quien pierde la vista durante un accidente automovilístico.
“Lo que podemos dar por hecho que tenemos, de pronto ya no”, reflexiona.
Brickman, quien antes del rodaje fue convencido por Mori para ponerse una banda en los ojos y salir a la calle sin poder ver, lo sabe.
“No saber si tendremos dinero el mes próximo es uno de los riesgos de la carrera, pero también uno de los privilegios que da la libertad”, dice el actor.
“Cuando pasan cosas como la pandemia nos toca igual, (algunos) tenemos que moverle, buscarle, creo que nunca nos metimos al arte por cosas económicas”, refiere.
Chenillo, realizadora y coescritora de la historia, segundos antes escuchó que quizá para hacer cine en México hay que estar un poco ciegos, pues cuesta mucho trabajo, para luego sólo permanecer dos semanas en cartelera.
“Una película siempre te rompe el corazón, se pone en ella todo, porque queremos contar algo”, apunta.