Si bien ha lucido orgullosa sus curvas y ha luchado contra los estrictos cánones de belleza establecidos por marcas como Victoria’s Secret, Ashley Graham apareció en la ceremonia del certamen Miss Universo con algunas tallas menos.
Graham, quien cuenta con su línea de ropa de tallas extra, se convirtió este año en la primera modelo curvy en figurar en el top ten de las mejor pagadas, ubicándose en el lugar 10 con ingresos de 5.5 millones de dólares.
La defensora de las tallas grandes negó el año pasado que estuviera bajando de peso, pero las imágenes desataron polémica por su cambio físico, el cual anoche se acentuó con el ajustado vestido.