
Los Ángeles.— Diego Luna celebra haber gestado “una revolución”, al menos en el mundo de Star Wars, con la ayuda de Cassian Andor, su personaje que pasó de ladrón rebelde a libertador en la película "Rogue One: una historia de Star Wars" y luego en la serie "Andor".
“En Andor pudimos materializar una idea que nos comprometimos a contar de la manera más honesta y realista, tan realista como puede ser en una galaxia muy, muy lejana. Una historia honesta sobre cómo la gente desea que el cambio suceda. Contemos lo que tiene que suceder para que una revolución nazca”, explica actor a EL UNIVERSAL.
“Buscamos lo que debía ocurrir para que una comunidad se forjara de valor. La fortaleza para organizar un movimiento, una rebelión, una revolución. Lo que se necesita para que una revolución surja”.

Andor, cuya segunda y última temporada se estrenará este martes 22 de abril por la plataforma Disney+, estará dividida en cuatro bloques, cada uno representa un año más cerca de los eventos de "Rogue One".
Tony Gilroy, creador y director, comparte la visión de su protagonista, y considera que la serie les permite darse una zambullida de cómo se gesta la insurrección y la revolución.
“Pude tomar aspectos de 6 mil años de historia de la humanidad, como por ejemplo la revolución de Haití, la de Rusia, la de Estados Unidos e incluso todos los libros que he leído de Zapata sobre la Revolución mexicana”, comenta Gilroy.
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El director mexicano Alonso Ruizpalacios ("La cocina") se encargó del broche final a la serie que costó 645 millones de dólares.
“Fue una experiencia muy divertida. Es como estar en una gran juguetería en todos los sentidos. Tony Gilroy ha llevado a Andor de forma muy inteligente. Es una serie muy linda”.
La segunda temporada de "Andor", ubicada cinco años antes de "Rogue One", sigue a Cassian Andor en su transformación de rebelde desilusionado a líder. La historia se enfoca en la creación de la Alianza Rebelde, que depende aún de los fondos económicos que la senadora Mon Mothma (Genevieve O’Reilly) pueda conseguir, y cómo Cassian se integra a esta.
En los pasillos de la dictadura se escucha mucho sobre un proyecto secreto y solución final contra los insurgentes.
El espectador se topará con caras conocidas de Rogue One como Ben Mendelsohn (director Orson Krennic), Forest Whitaker (libertador Saw Gerrera) y el droide K-2S0 con la voz de Alan Tudyk. También Adria Arjona, como Bix Caleen, que comparte vida con Cassian.
“Quisimos abordar ante todo el valor de hacer comunidad, desde los niveles más bajos hasta los más altos; igualmente subrayamos el peligro de cuando alguien quiere manipular a la sociedad a través de la información. Temas como el antisemitismo, la guerra de Vietnam o la guerra civil española sucedieron cuando el poder en turno creó eventos que justificaron sus acciones atroces”, añade Gilroy.
Orgulloso del trabajo hecho y que presentará en Japón en estos días, Luna hace un repaso de lo que ha sucedido en estos nueve años, cuando se lanzó la película.
“Al decir adiós sigo estando enamorado, no solamente del personaje y de su historia, sino también con la gente que trabajé, con la comunidad que formamos para crear esta maravillosa historia. Estoy diciéndole adiós a un proyecto que transformó mi voz de muchas maneras”, señala.
Para el actor mexicano, lo único que no pudieron hacer cuando prepararon la serie, hace seis años, era predecir el futuro, dice en referencia a las similitudes entre la historia y los movimientos sociales y políticos que se han gestado en el mundo real.
“O sea, nada tenía que ver con lo que estamos viviendo ahorita. Aunque ahora pareciera que tiene todo que ver. El problema es ese porque Andor creo que va ser relevante ahorita y en 20, 30 años también”, considera el también protagonista de Rudo y cursi.
El poder del espectador
Otro tema que sorprende hoy a Diego Luna es el poder del espectador de poder elegir qué ver.
“Vivimos buenos tiempos en términos de la representación. Creo que las audiencias de hoy tienen mucho qué decir en términos de lo que desean ver en la pantalla. Y ahora el público manda el mensaje correcto: ‘¡Queremos ser representados!’ Queremos ver historias que tengan que ver con nuestro contexto, con quienes somos”.
El también director de filmes como Chávez y Abel agrega que el público celebra que las historias sean lo más específicas posible en la pantalla.
“Crecí viendo películas y series de televisión en inglés donde los villanos personajes tenían acentos extraños y eso ya la gente no se lo cree. Hoy, si vas a contar una historia sobre México, quieres que se sienta específica.
“Lo único que podría decirle a la gente joven es que tiene el poder del consumidor. ¡Cuando compras el boleto, cuando haces clic! para ver algo, estás mandando un mensaje a la industria de entretenimiento. Y cuando no compras ese boleto o no haces clic! también estás mandando un mensaje”.
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