La actriz mexicana Adriana Paz rompió en llanto durante la conferencia de prensa, en México, de la cinta "Emilia Pérez", película que se ha convertido en el centro de la polémica y en la que ella participa.
Desde su estreno, en Cannes, y la filtración de pequeños fragmentos de la historia en redes sociales, el filme desató fuertes críticas, sobre todo del público mexicano, quienes la han calificado de ser muy poco sensible con la manera en las que retrata temas como el narcotráfico y las desapariciones forzadas en el país, problemáticas que aquejan a gran parte de la población.
Sin embargo, para Adriana esta visión no podría estar más alejada de lo que "Emilia Pérez" pretende mostrar en la pantalla, incluso; entre lágrimas, se dijo dolida por el rechazo del público: “Yo nací aquí, crecí aquí. Me duele que la gente tome el tema desde un lugar violento. No encuentro eso en la película”, afirmó durante la premiere de la cinta, que se llevó a cabo la noche de ayer.
Al ser cuestionada al respecto, Adriana sorprendió al revelar que ella ha sufrido en carne propia la inseguridad que se vive en México, pues durante su adolescencia fue víctima de un secuestro.
"Yo estaba a una cuadra de la casa de mi mamá cuando sucedió. De repente, me subieron a un vehículo y me trajeron dando vueltas un buen rato. Hubo un momento en el que pensé que nunca más iba a ver a mi familia” contó.
Aunque en esos momentos fue inevitable para ella tener miedo y desesperación, Paz también recordó que sintió fue una fuerza interna, lo que impidió que se quebrara ante sus captores.
“No sé de dónde salió, pero algo en mí tenía fe de que iba a lograr sobrevivir. Y aquí estoy, pude volver a ver a mi familia”, agregó conmovida.
Luego de este incidente, explicó, pasó semanas sin salir de casa, paralizada por el trauma; incluso, reconoció, que aún tiene algunas secuelas de ese día. por lo que decidió buscar ayuda:
“Estaba aterrorizada. Tenía que hacer algo, así que decidí buscar terapia. Me ayudó mucho a enfrentar ese miedo y a entender que no podía quedarme encerrada para siempre”.
Es por ello que, desde su experiencia, la actriz está convencida que el director, Jacques Audiard, se aproximó a estos temas con respeto y empatía, una postura que ella misma considera esencial para abordar problemáticas tan complejas en el cine y la vida real.