Edith Márquez rememora la época de los ochenta cuando tenía el sueño de convertirse en cantante y aunque, desde siempre, triunfo tanto en el escenario como en los sets de grabación, también tuvo que enfrentarse al bullying de sus compañeras y compañeros de "Vaselina" y Timbiriche que no la aceptaban dentro del grupo por dos motivos, pues se había integrado a la banda cuando está ya se había consolidado, además de que no la veían como igual porque no era de una familia de dinero, como la de la mayoría de sus integrantes.
La cantante de "Mírame" fue entrevistada por Mara Patricia Castañeda, en la que confió alguno de los pasajes más íntimos de su vida, pues a pesar de que tiene más de tres décadas de carrera, Edith ha mantenido un perfil bajo en lo que respecta de los aspectos más personales de su historia.
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La también actriz recordó que su primera oportunidad fue en en la obra "Vaselina" cuando tenía 11 años, puesta en escena en la que hizo coros para reforzar el elenco principal, situación por lo que las otras jóvenes con las que trabajaba la trataban por debajo, pues tenían la idea de que era más importantes por el hecho de tener un papel de mayor peso para la historia, motivo por el que definió al medio artístico como "crudo".
"Es una carrera cruda, ¿por qué? porque el público muchas veces no sabe lo que hay detrás de una niña de 11 años que empieza con toda la ilusión del mundo, y que de pronto tiene este rechazo por parte de niñas que tenían personaje, yo era coro (y decían): ´-Lárgate de mi camerino´ (ó) ´-Híjole es que como viene vestida, no trae ropa de marca, no la trae un chofer, viene con sus papás", contó la intérprete.
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Edith reconoció que a esa edad le costó mucho trabajo enfrentarse a esa clase de criticas, sin embargo, con el paso del tiempo y aún siendo muy joven cayó en la cuenta que la reacción de sus compañeras sólo eran un reflejo de las faltas que ellas tenían, pues su familia no solían acompañarlas con la frecuencia con que su padre y madre se hacían presente en los proyectos de Edith.
"Duele mucho al principio, pero yo entendí que lo más valiosos en la vida era tener a mis papás cerca, que era una envidia probablemente porque esas personas no los tenían cerca, al principio te pega pero tu piel se va haciendo gruesa con el paso del tiempo, con el paso de los años y con el paso de los daños, en todos los sentidos y comprendí que la persona que te molesta habla de esa persona, no de ti", destacó.
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Pero el hostigamiento no se detuvo ahí, sino que cuando se integró a Timbiriche en 1988, en sustitución de Mariana Garza, las y los miembros de la banda la trataron muy mal, pues creían que debía ganarse su lugar, ya que ellos ya habían hecho todo el trabajo para ser famosos y estar en el lugar en el que estaban en ese momento.
"En Timbiriche, por ejemplo, me hicieron la vida de cuadros un año, (...) entendí que eran unos niños que dijeron: ´-A ver, esta está entrando, se tiene que ganar el lugar entre nosotros´, pero también entendí un poco la parte de soledad que ellos vivían porque mi papá era el único que papá de todos los Timbiriches que, cuando llegaban el camión a la puerta 3 de Televisa me estaba esperando, con frío, con un chamarrón, creo que no toda la gente tiene el privilegio de tenerlo, de llegar a mi casa y tener una mamá que me dijera ´-¿Cómo te fue?, ¿Qué quieres de cenar?´, a las tres de la mañana", dijo conmovida.
Sin embargo, aclaró que en la actualidad ella y sus excompañeras y excompañeros se llevan muy bien y se ríen de todo lo que vivieron en esa época, aunque reconoció que sólo mantiene una amistad con Mariana Garza, Alix Bauer, Thalía y Diego Schoening.
melc