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Contra todo pronóstico de los “analistas” del mundo mundial; contra todo sondeo realizado por presuntos “profesionales” en Soho, Coyoacán y el Barrio Latino de París; contra todos los “buenos”; ganó el cínico, el mujeriego, el racista, el millonario y misógino; y sí, contra toda lógica decente, pero Trump les ganó a todos.
¿Su triunfo es sorpresivo? Puede ser, porque lo que se impuso ese martes negro fue el voto de clóset, ese que le miente a los encuestadores, que le vale un carajo lo que digan los medios de comunicación o los columnistas del New York Times; porque al final ganó la furia, la rabia de un sector marginado, mal educado, ignorante y resentido que está fuera del modelo de desarrollo gringo, pero son la mitad del Imperio.
Primero fue el Brexit, que parecía un caso aislado, después Colombia y ahora el fenómeno Trump.
Pero por qué nos sorprende, si la sociedad norteamericana lleva décadas fomentando el egoísmo, el culto al dinero y la fama como camino al éxito. Trump es promotor y heredero al mismo tiempo de esa sociedad superficial. Para muestra un disparo. Vean esta foto que hoy les regalo del fotógrafo Harry Benson.
Es Donald Trump en Atlantic City, retratado para la revista People en 1990; hoy este personaje es el Presidente electo de los Estados Unidos, y ahí aparece cargando un millón de dólares del casino de su propiedad llamado humildemente: Taj Mahal.
Harry Benson cuenta que cuando fue a fotografiar al magnate, le confesó que él nunca había visto un millón de dólares en persona y fue entonces cuando Donald Trump lo llevó al sótano para sacar exactamente esa cantidad y ahí le hizo esta imagen.
¿Qué nos dice esta foto de Trump y de la sociedad que confió en él en esta última elección norteamericana? Pues que claramente es el triunfo de la estupidez por encima de lo sensato. Pero también es resultado de años de culto a la personalidad por encima de las ideas; es fruto de millones de selfies inundando las redes y que apuntalan al egoísmo colectivo; millennials que sólo saben quejarse, tuitear y protestar pero que no votan. La sociedad en general está en crisis y esta es su consecuencia más tangible y demoledora.
El señor de esta foto tendrá en sus manos, a partir de 2017, el mítico botón nuclear. México sufrirá un daño colateral de toda esta idiotez; y ya es impredecible lo que pase aquí en 2018. Los encuestadores deben dedicarse a otra cosa o consultar el Tarot, porque sus métodos “científicos” ya no sirven para nada; todos quedaron rebasados por la furia, la venganza, la mentira y las legiones de idiotas que ahora pasaron de las redes al voto democrático.
Churchill decía: “El mejor argumento en contra de la democracia es una conversación de cinco minutos con el votante promedio”. Y hoy ganaron ellos. La clase media blanca, rabiosa, no educada, que busca venganza y nadie se la supo vender mejor que Donald Trump.
Basta pues de pronósticos, urge un cambio de paradigma, inteligencia colectiva, nuevos liderazgos y una mejor manera de hacer política. Tanto en la Unión Americana como en nuestro país. No hay duda, esta imagen retrata a Trump de cuerpo entero.
@MxUlysses