Más Información
Luisa María Alcalde llama a Chiapas a respaldar segundo piso de la 4T; Morena debe defender gobierno de Sheinbaum, asegura
PPEP 2025 prevé recortes a cultura, medio ambiente, salud y agricultura; Mejoredu contempla una disminución del 50%
México vive tiempos inéditos por reformas aprobadas, dice Rosa Icela Rodríguez; invita a participar en elección judicial
VIDEO: “¡Viva México!”, entre nostalgia y huevos rancheros; embajadores extranjeros comienzan a despedirse
El clímax de la carrera espacial se alcanzó medio siglo atrás y tuvo una duración aproximada de 14 años. Hay que recordar lo ligado a la guerra fría que estaba el uso de cohetes de propulsión que podían cruzar océanos en pocos minutos. Si bien en ese momento no se veían como un medio de transporte para ir de un punto A a uno B en poco tiempo, se veía más bien como dejar caer un fuerte golpe en un punto B.
Compitiendo por el objetivo de orbitar la tierra (Sputnik 1, 1957), seguido de colocar a un hombre en órbita (Yuri Gagarin, 1961) y finalmente poder llegar a la Luna (Apollo 11, 1969). Como al parecer uno de los dos jugadores se dio por vencido en llegar a la Luna, la decadencia empezó y, aunque obteniendo impresionantes logros, hubo mayor interés en desarrollar las estaciones espaciales. La carrera espacial termina con la colaboración en un proyecto de prueba llamado Apollo-Soyuz.
Esta historia de egos que fue la chispa que encendió la creatividad de científicos, ingenieros y técnicos de los dos países para que empezáramos a conquistar el espacio. Una lucha que nunca se convirtió en una guerra entre humanos, simplemente una competencia espacial que dejó muchos beneficios de innovación y desarrollo para la sociedad. Aunque bien entiendo el estrés que se generaba alrededor cada vez que un cohete propulsaba un misil y no una cápsula espacial, pero a la larga algunas decisiones buenas se tomaron para no dejarnos caer un misil encima.
Hoy nos beneficiamos de la carrera espacial con satélites de comunicación y análisis climático, así como de nuestra constante presencia en el espacio a bordo de la Estación Espacial Internacional que nos deja muchas veces fotos y videos que nos permiten soñar y seguir aprendiendo de nuestro actual hogar, la Tierra. Pero sobre todo, es la chispa que inició el interés por invertir en educación, investigación y desarrollo que nos acercó a tecnologías benéficas para nuestro uso cotidiano.
El siguiente paso es empezar un plan de colonización de Marte para el 2030, algo que hizo saber @POTUS @BarackObama en una editorial que publicó en CNN el 11 de este mes. Actualmente el trabajo de la NASA es coordinar también con el sector privado para lograr esta misión. También el 29 de agosto vimos salir tras un año de convivencia a seis científicos encerrados en un micro espacio colocado junto al volcán Mauna Loa en Hawaii 2500 metros de altitud (250 más que la Ciudad de México) pero si uno se asoma a la ventanita goo.gl/hhHvMv, se ve como Marte.
Unas semanas atrás @ElonMusk ya nos comentó en Guadalajara su plan para que ir a Marte le cueste a una persona aproximadamente lo que una casa promedio en EEUU (entre 140 y 200 mil USD). En su conferencia magistral, spacex.com/Mars, dijo que no sólo para @SpaceX sino para cualquier plan de llegar a Marte con un costo creíble se requieren cuatro cosas: que sea reutilizable, que se recargue el vehículo de transporte en órbita, que el combustible para el vehículo se pueda producir también en Marte y, por lo tanto, que sea el propulsor adecuado.
Se empieza a quitar todo el #ruidoblanco alrededor de la colonización de Marte. Hay más inversión nuevamente en educación, tecnología, matemáticas y ciencias de soporte como la de HI-SEAS que estudia el comportamiento humano, la convivencia y el uso de insumos que nos permitirá llegar más lejos.