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#LaVozdeLosExpertos
Cuando estaba trabajando en una tesis de posgrado enfocado en cambio organizacional, mi gran interés por los sistemas orgánicos me llevó a investigar un planteamiento similar al que nos hace el ingeniero Slim en sus palabras. El sistema nervioso es muy complejo y se comporta de maneras muy distintas a los demás sistemas que permiten la existencia de un organismo. Lo principal es entender el tamaño del organismo y el entorno al que se tiene que estar acoplando de manera regular.
Por ponerlo de alguna forma, un gusano utiliza un cordón nervioso en que hay ganglios y nervios por segmento. Conforme crece el organismo vemos cómo, dependiendo del tamaño, se va desarrollando dicho sistema enfocado principalmente en transferir la información necesaria para sobrevivir.
En algunos organismos, la mayoría de las neuronas sensitivas no pasan directamente al cerebro, sino que existe sinapsis a nivel médula espinal (canal nervioso). Esto permite que los actos reflejos ocurran relativamente rápido activando neuronas motrices sin que se retrase la señal al pasar por el cerebro, aunque este gran jefe de todo el sistema nervioso no se queda sin información.
Es así que, conforme crece un organismo, el sistema nervioso se mantiene como la red de información interna del organismo. La red de área local que no concientizamos tanto en nuestro día cotidiano es el sistema nervioso autónomo: éste recibe la información de las vísceras y de nuestro interior para actuar sobre músculos, glándulas y vasos sanguíneos.
El sistema nervioso con el que estamos más en comunicación como humanos es el somático. Dicho sistema cumple dos funciones recibe y activa. Puede que pasemos por unas ramas y sea el que haga que retiremos el brazo para no lastimarnos o el que hace que saludemos con la mano a un saludo que ve el ojo de otro humano frente a nosotros.
Cuando estamos atravesando turbulencia, cuando tenemos demasiado trabajo y se junta con responsabilidades familiares, incluso cuando vamos de viaje a descansar el sistema nervioso impacta nuestro estado de ser y estar. Todo este #ruidoblanco alrededor del sistema nervioso lo utilizo para comprender cuando alguien me dice “estrés”.
En la semana Dropbox e Ipsos Mori presentaron un estudio realizado a cuatro mil trabajadores de tecnologías de la información en Europa y EEUU. Dicho estudio reportó que la gente de mayor edad es menos probable que se estrese al utilizar la tecnología en el trabajo, a diferencia de los jóvenes. De la gente mayor a 55 años solo una cuarta parte dijo que la tecnología en el trabajo le generaba estrés, mientra tanto 36% de los encuestados entre 18 y 34 años, los supuestos nativos digitales, encuentran la tecnología en el trabajo estresante.
Al parecer el sistema nervioso somático de las nuevas generaciones, que lleva siglos de evolución detrás, no se lleva tan bien con las versiones de bases de datos viejas y antiguos lenguajes de programación. Aunque hay que tener cuidado con cualquier estudio de investigación de mercado, me alegra saber que la adaptabilidad de generaciones “vintage” sigue agregando valor al cotidiano de la evolución del ser humano.
Hablando de la interconectividad de sistemas de telecomunicación como sistemas nerviosos que buscan mantenernos en contacto para actuar y agregar valor a nuestra sociedad, hay que mantener el ojo en la adaptabilidad de la red de telecomunicaciones conforme va el crecimiento en México de la red AT&T (T) con quien he tenido una continua y estresante experiencia y el impacto que esto tiene en la red de América Móvil (AMXL) con quien he tenido una desgastante experiencia. Por el momento AMXL no ha podido recuperarse desde el golpe de finales de abril.