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#LaVozDeLosExpertos
Muchos lo llaman cortar el cable porque viene del término que utilizan en Estados Unidos de Norte América. Hablar de este tema es complicado porque no tiene tanto que ver con los cables como tiene que ver con los métodos de acceso a los contenidos de la web y la segmentación de los mismos.
Pasamos del “no hay nada que ver en la tele” (debido a lo que se mostraba en la programación basada en tiempo-espacio), a “voy a ver qué encuentro” en la plétora de contenidos disponibles vía una conexión a Internet.
Además de esto vemos que los medios tienen que evaluar, una vez más, la elección del consumidor y agregar a este factor la eficiencia a la hora de dar facilidad de acceso, disponibilidad, estabilidad de la transmisión y, el universo de intenciones y necesidades individuales de sus consumidores.
Esto ha llevado a empresas como Netflix a crecer de una manera extraordinaria en segmentos de consumo muy interesantes para los anunciantes y hacerse de un nombre con mucho valor. Es una empresa que, aunque todavía pequeña, se maneja al tú por tú con empresas como Alphabet (Google), Amazon o Apple (AAA).
Con presencia en más de 190 países (y expandiéndose) esta empresa que inició rentando videos físicos y llevándolos a las casas pasó a obtener el voto de la gente y su tiempo en una pantalla que ellos pueden controlar. Entre contenidos originales y bajo licenciamientos hoy invierten una cantidad de dinero similar a lo que invierte ESPN en contenidos deportivos: 6 mil millones de dólares. No puedo decir que han invertido muchísimo en tecnología, pero sí han logrado mantenerse al paso de la gente que espera contenidos bajo demanda con una calidad decente.
Pueden mejorar su interfaz, navegación y, en especial, su motor de búsqueda para encontrar algo en el inmenso #ruidoblanco de sus contenidos. Pero con las sugerencias y el trabajo de varios blogs y medios por informar lo nuevo, lo recomendado y lo escondido de su base de datos audiovisual, se puede saber qué ver. Si bien su crecimiento empezará a llegar a ciertos límites por cantidad de gente conectada y costo del servicio; todavía no tienen que voltear al espejo retrovisor para ver a su competencia. La cual apenas empieza a explicar (de forma aburrida) cómo registrarse al servicio que ofrecen.
Hablando de su competencia, es importante entender algo clave en el mundo de la dis- rupción, la innovación, la tecnología y el contenido: todos requieren dinero. Muchas de las jóvenes empresas de medios necesitan el dinero, y lo encuentran en los medios viejos (algunos mal llamados tradicionales). El dinero que empieza a llegar a estos nuevos medios sobre nuevas plataformas de distribución se benefician del capital, en algunos casos, de dueños e inversionistas cuyo expertise se encuentra en áreas como la venta comercial de anuncios publicitarios o marketing.
El problema de tener este expertise, es que no están dando cabida a nuevas formas de monetización y aunque hoy disfrutemos de muchos contenidos pagando una suscripción, no quiere decir que sus manos no se extiendan, como en su momento pasó con pagar la televisión por cable, a también tener que dedicar parte de nuestro tiempo a observar anuncios altamente dirigidos a nuestro segmento de “tipo de gustos audiovisuales” o “demográficos”.