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#LaVozDeLosExpertos
Es la media noche y me queda 35% de batería. No he conectado mi teléfono a la corriente desde que lo desconecté a las 7:35 de la mañana. Las palabras que escribo son deslizando mi dedo sutilmente sobre la pantalla en un GoogleDoc.
Hacía mucho que un celular no me dejaba con tan buen sabor de boca, y es que la mayoría nos venden la idea de independencia cuando salimos de la casa u oficina, pero no siempre es así.
La mayoría de nosotros tenemos entendido que un smartphone es nuestro punto de acceso a información y conversaciones de trabajo. Que funciona mucho mejor que el teléfono directo e incluso nuestro sistema para llevar la agenda y cerrar negocios. Lo que muchos todavía encuentran difícil es lo que el Huawei Mate 8 me ha dejado hacer: trabajar sin tener ansiedad de carga.
En su momento era impresionante lo que podía hacer una batería de 3220mAh dentro de un Nexus 6. Pero conforme cargaba aplicaciones y le exigía de sus características físicas para mi línea de trabajo, la batería dejó de darme la independencia que requería. Supongo que las herramientas se desarrollaron mucho más rápido que lo que soportaba el dispositivo.
Hay veces que para adecuarse al presente y futuro, no tienes que tener lo último de lo último, sino entender las necesidades de tu usuario. En diciembre me compré un Mate 2, necesitaba un teléfono con una batería impresionante, pero con características técnicas que no comprometen la autonomía de trabajo del dispositivo: 4050mAh y sin cosas sofisticadas de pantalla; un dispositivo para no dejar de trabajar aunque hayas olvidado la computadora en casa.
Para mi sorpresa vino algo mucho mejor; algo que resaltaba entre el #ruidoblanco de los smartphones disponibles para la primera mitad del 2016 en México. He estado probando el Huawei Mate 8, con su batería de 4000mAh (y su utilísimo phone manager), por más de un par de semanas y resaltan dos cosas.
Me permite demostrar mi capacidad de desempeño sin comprometer tiempos de trabajo. Para que la batería cumpla con su cometido de duración ciertos lujos son hechos a un lado, pero se agradece porque Huawei no compromete calidad visual. De hecho colocan en nuestra mano una pantalla de 6 pulgadas (con excelentes acabados en los bordes) para trabajar documentos e incluso hojas de cálculo de manera fluida. El lector de huella digital es rápido y altamente sensible que junto al software extra de Motion UI (EMUI) hacen que el control de dispositivo sea sencillo y muy entretenido (los comandos con nudillos son una muy práctica diversión).
La conectividad es impresionante. Recordemos que Huawei vende la mayoría de los componentes, incluso las antenas, a nuestros proveedores de servicio de telefonía (hasta los cables submarinos). Por lo que conocen los componentes que se conectan rápido y bien, ofreciéndonos buenas opciones. Perfecto para una vida conectada.
Dos cosas inmediatas que pueden mejorar (y de hecho una es para Google/Android): ¡alguien tiene que inventar un teclado Android que sea útil! No logro encontrar un teclado en el que no haya una letra o puntuación que se metan en mis espacios. Ya como dispositivo todo funciona mejor que sus competidores, pero si en la siguiente versión le agregaran más poder al procesador y memoria no tendría rival.
En los días con mayor carga de trabajo sí tuve algunos (muy pocos) tiempos de espera al cambiar entre una app a otra.