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De nueva cuenta vale recordar que en su toma de posesión, Jaime Rodríguez, El Bronco, arrancó el aplauso general cuando dijo: “Se acabó la fiesta a los bandidos”.
Y es que el ex priísta llegó al gobierno a partir de acusar de ratero al gobernador Rodrigo Medina, a quien, dijo, enviaría a prisión.
Pocos días después, el 8 de octubre de 2015, documentamos que El Bronco y “algunos de sus colaboradores” tienen todo para estar en prisión. Y para apoyar nuestro dicho documentamos una montaña de irregularidades y raterías cometidas por el propio gobernador independiente y sus principales colaboradores.
Pero dimos énfasis al “albazo” del Congreso de Nuevo León que, en secreto, ratificó como procurador del estado a Roberto Flores Treviño, “abogado que por años protagonizó escándalos de despojos, desfalcos y a quien el gremio de abogados señala con vínculos con el crimen organizado”.
Luego dijimos un ejemplo de los negocios nada claros de Flores Treviño era el audio que —en esos días— circuló en redes y en donde Flores Treviño negocia la defensa de un presunto miembro del crimen organizado; audio cuya autenticidad reconoció el propio Treviño.
Sobre el escándalo, ningún diputado al Congreso de Nuevo León —del PRI, PAN y PRD— se atrevió a opinar. Dijeron desconocer el audio, se negaron a indagar, mientras se supo que El Bronco aplicó a los diputados locales de Nuevo León lo que sabe hacer bien; comprar conciencias.
En el audio en cuestión un tal Beto pide ayuda a Flores Treviño tras ser detenido por “la PGR de Nuevo León” en el retén de San Roberto, con 99 cartuchos calibre 0.45, los cuales —indica— debía llevar a Cuernavaca.
El ahora procurador Flores Treviño, responde que va a costar mucho dinero resolver el problema: “Déjeme hacer una llamada a ver si lo puedo sacar del pedo (…) Eso va a costar un dineral de la chingada mijo, pa que sepa”, concluye Flores no sin antes decir que devolverá la llamada.
En distintos momentos volvimos al tema de las pillerías del procurador de Nuevo León y la respuesta fue la difamación, la calumnia y la amenaza vulgar por parte de los defensores a sueldo de El Bronco.
Pero como no se puede engañar a todos todo el tiempo y como el procurador de Nuevo León tiene una larga cola que le pisen, un nuevo escándalo cayó sobre Roberto Flores Treviño, a quien distintos medios exhibieron como lo que siempre ha sido: defraudador.
Ahora fue exhibido —con pruebas contundentes— por girar cheques sin fondos en Las Vegas. Resulta que lo ficharon y lo procesaron luego de girar cheques sin fondos en tres ocasiones; 1999, 2006 y 2011. Y si lo dudan, la Policía Metropolitana de Las Vegas confirmó la existencia de dos fichas signaléticas de Flores Treviño, con fechas 6 de octubre de 2006 y 1 de enero de 2009.
La respuesta de Roberto Flores Treviño fue la misma que dio El Bronco cuando le probaron todas las mentiras e incongruencias en las que ha incurrido en cinco meses de gobierno: “Es una campaña de desprestigio”. Y es la misma respuesta que —por ejemplo— ofreció AMLO cuando se exhibieron los videoescándalos de Bejarano y Ponce: “Es una campaña de desprestigio”.
Sólo resta un par de preguntas. ¿Qué van a decir ahora los defensores a sueldo de El Bronco? ¿Esa es la pureza de los candidatos independientes que nos quieren vender como salvadores de la patria?
Y como no habrá respuesta, preferimos recordar el arrogante “se los dije”. Es decir, que El Bronco y sus colaboradores, son peores que Medina.
Al tiempo.
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