Mientras que la parte oriental de la ciudad siria Aleppo sigue estando bajo el fuerte bombardeo sin precedentes de aviones militares sirios y rusos, dejando cientos de civiles muertos y heridos, el Consejo de Seguridad en Nueva York se reunió el sábado 8 de octubre para discutir y votar sobre dos resoluciones rivales en Siria, en una escena absurda de una irresponsable pérdida de tiempo, cuando cada minuto cuenta para la población sitiada y asesinada de la ciudad martirizada.

Rusia vetó, por quinta vez desde el inicio de la crisis siria, una resolución propuesta por Francia demandando un cese inmediato a la campaña de bombardeos del gobierno sirio y Rusia en contra de los distritos tomados por los rebeldes en Aleppo.

La propuesta rival de Rusia, que no hizo mención del cese de los bombardeos, fue rechazada y no logró tener el mínimo de votos necesarios. Ambas partes fracasaron en ofrecer esperanza o alivio a los habitantes de Ale-ppo y los poderes clave mostraron que están más divididos que nunca sobre un curso de acción para terminar la tragedia de un país devastado por la guerra.

Las declaraciones de los representantes de los cinco miembros permanentes revelaron la brecha y la tensión entre aquellos que están a cargo de la paz y la seguridad en el mundo.

El ministro de Exterior francés, Jean-Marc Ayrault, denunció que los bombardeos de Aleppo estaban matando civiles y destruyendo hospitales y escuelas, y que no tenían nada que ver con la lucha contra el terrorismo.

“Es la aniquilación de Aleppo”, dijo, declarando que el bombardeo continuado dejará la ciudad en ruinas, un lugar donde los ciudadanos serán abandonados a sus “verdugos”. Comparó Aleppo con Guernica, durante la guerra civil española; con Srebrenica, durante la guerra bosnia, y principalmente, con Grozni, la capital de Chechenia, a finales del siglo pasado, donde las fuerzas de Vladimir Putin causaron la muerte de doscientas mil personas y dejaron la ciudad devastada.

El embajador ruso, Vitaly Churkin, notó que las actividades sobre Aleppo habían disminuido el viernes: “Esperamos que continúe esta tendencia”, un hecho que prueba la coordinación entre las acciones bélicas rusas y su diplomacia. El representante británico se dirigió a su colega ruso diciendo: “Un solo veto, y después simplemente cuatro votos a favor de tu texto —una doble humillación—”.

Después notó que este texto era un intento cínico para desviar la atención, “tu veto del día de hoy, que una vez más negó cualquier esperanza a la población de Aleppo”. El representante estadounidense declaró: “Lo que Rusia quiere es que haya más negociaciones, mientras buscan tomar la ciudad por fuerza bruta —lo que queremos es menos negociación y más acción para detener la matanza—”.

El representante árabe, el embajador de Egipto, expresó su frustración diciendo: “En lugar de llevar a cabo consultas políticas serias, en sus sesiones abiertas y cerradas, para detener el derramamiento de sangre en Siria, las consultas han ascendido a no más que a la repetición de sus posturas y a un diálogo de sordos”.

El enviado especial de las Naciones Unidas para Siria, Staffan de Mistura, advirtió durante una conferencia de prensa la semana pasada, que Aleppo estará totalmente destruida para fin del año. Hizo un llamado a los combatientes de Al-Nusra para abandonar la ciudad escoltados por las Naciones Unidas con el objeto de evitar más sufrimiento para los civiles. Estimó que su número está cerca de los 900, de un total de ocho mil.

Su sugerencia resurgió el lunes cuando el presidente Putin y su anfitrión turco, el presidente Recep Tayyip Erdogan, expresaron su apoyo a la idea que permitirá alivio y asistencia humanitaria a 275 mil civiles en Aleppo oriental.

Mientras el presidente Putin está llamando a una solución política en Siria, está haciendo todo por intensificar la postura y la presencia rusas en ese país ensangrentado. El Parlamento ruso aprobó el acuerdo del gobierno con Bashar al-Assad relativo a la presencia militar en Siria. El lunes se anunció que las instalaciones rusas en Tartús serán transformadas en base militar permanente.

El Ministerio ruso de Exterior advirtió sobre cualquier ataque en contra del ejército sirio por parte de los estadounidenses. Un sistema avanzado de misiles antiaéreos S-300 fue instalado, en lo que un militar estadounidense ridiculizó como una iniciativa contra la fuerza aérea de Nusra.

Parece ser que la política de Putin es establecer hechos duros para inclinar la balanza a favor del presidente Al-Assad y enfrentar al nuevo presidente estadounidense con una ecuación distinta en el terreno. La administración estadounidense está discutiendo una alternativa a la diplomacia fallida de Kerry, que no fue apoyada por ninguna demostración de fuerza o determinación por parte del presidente Barack Obama en ningún momento. Siguió repitiendo que no enviará militares estadounidenses al exterior para morir.

Eso nunca fue la cuestión. Nadie de la oposición siria pidió una intervención directa por parte de los estadounidenses. Todo lo que necesitaban era un apoyo sincero y serio de parte de sus “amigos”. En una reunión de la Comisión de las Fuerzas Armadas del Congreso el 27 de octubre de 2015, el senador Lindsey Graham preguntó si la estrategia estadounidense es remover a Al-Assad, cuando la administración no está haciendo nada para tal fin. En cambio, armaron y entrenaron combatientes con la condición de tener únicamente al EI como blanco. La última postura de la política de Obama fue una amenaza vacía para detener toda la cooperación con Rusia en contra del terrorismo si no cesaban sus ataques feroces en contra de Aleppo. Fue ridiculizada en las capitales del mundo, considerando que Rusia ya logró todos sus objetivos en Siria, tanto en la guerra como en la llamada diplomacia.

Las razones de desprecio y duda por parte de los aliados árabes de Estados Unidos en Medio Oriente se fundamentan en un patrón dudoso de comportamiento hacia la política expansionista iraní en la región y su flagrante intervención en sus países, donde los estadounidenses pasaron por alto el peligro que representa en la composición social y demográfica de todo el Levante. Su política en Siria llevó a mayor destrucción y a una guerra más larga, así como a la dominación de sus adversarios en Moscú, Teherán y Damasco.

Si la visión estratégica de Estados Unidos en la región es alentar cambios demográficos y una guerra continua en contra de la mayoría sunita, no habrá un final a la vista para las guerras en esa parte del mundo y las implicaciones serán catastróficas. Las declaraciones recientes de Hillary Clinton de armar a los kurdos como una fuerza confiable para luchar contra el EI, ignorando sus aspiraciones expansionistas nacionales, es una continuación de los mismos errores obvios, en apoyarse en minorías y en alienar a la mayoría, dando razones para más extremismo cuando menos se necesita.

El autor fue embajador de Líbano en México entre 1999 y 2011

nouhad47@yahoo.com

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