Cuando ya parecía que el caudillaje bucanero doblaba las manos en cuestión de estrenos en DVD y Blu-ray (cuando parece que todo lo tiene Netflix), que sacan la casta con muchos títulos que no entran a las grandes plataformas de entretenimiento por cable, renovando sus catálogos alternos de terror, gore, serial killers, directores y filmes de culto, más cine friki, haciendo votos para recuperar el tiempo perdido.
Una redada a lo Indiana Jones arrojó un saldo favorable para los que no se conforman con lo que ofrece Netflix que, dicho sea de paso, estrenará en breve una serie sobre El Chapo Guzmán, tan maltratado con historias chafas, relatos al vapor marca History Channel y casi videohomes banqueteros, que denigran el status de capo de capos que tenía hasta antes de su segunda fuga.
De lo que no sabíamos que existía, lo que aparezca: luego de una carrera de asesino en serie que puso a la policía y al FBI en un callejón sin salida, Gary Ridgway, el asesino del río Verde de Washington, que se escabechó a 71 mortales, por fin tienen su película. Lo malo es que se la dirige Ulli Lommel, uno de los peores directores del Cine-Z. La trama involucra a otro famoso serial-killer: Ted Bundy, que accede a colaborar con el FBI, cual Hannibal Lecter, para meterse en la mente de Ridgway y ayudar al idiota de Lommel para que, por lo menos, la pelí tenga coherencia.
De Bélgica aparece “Mr. Nobody”, un film de Jaco Van Dormael que lleva en el estelar a Jared Leto (antes de que vendiera su alma al rocanrol).
La historia cuenta el devenir del último ser humano del planeta, Nemo, que tiene 120 años y que ha llevado a cabo múltiples matrimonios (que recuerda), que ni Mauricio Garcés en toda su filmografía. Esta cinta filmada en 2009, se paseó consiguiendo culto hipnótico e intensidad desmedida en los festivales de cine de Venecia y Sitges.
Utilizando la técnica del falso documental, Stephan Ávalos y Lance Wailer aparecen en el firmamento corsario en DVD, “The Last Broadcast”, rodada en los bosques de Jersey hace 19 años, sobre la leyenda de un demonio local ya mero pariente de la Bruja de Blair. La premisa: un crew amateur se va al bosque a ver si logran filmar al diablo. Días más tarde sólo aparece uno de ellos, diciendo que los demás fueron víctimas de un ser del averno. Lo único a favor es que se trata de una de las primeras cintas de Found-Fotage (pietaje encontrado filmado objetivamente) que se volvió fenómeno viral en su momento (antes de que se inventara el término)
“Voraz”, “Raw” o “Crudo” (porque con esos títulos se conoce el controvertido filme francés de Julia Docournau), ofrece una amplia perspectiva de comer carne humana y las consecuencias que tiene para la chica que la degusta por primera vez, haciendo a un lado los concejos y prejuicios familiares. La carne de humano, lo prohibido, vamos: el canibalismo, hace que la chica vaya más allá de lo que puede significar un orgasmo, culinariamente hablando. Muchos se podrán frikear más de lo debido pero es culpa de la debilidad de sus estómagos que no se imaginan las posibilidades de la human meat en manos de un master chef que pueda cocinar lo prohibido.
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