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Ante la discusión que se ha llevado a cabo en estos días sobre la posibilidad de un Frente Amplio Democrático (FAD) u Opositor, como algunos le llaman, líderes del PRD en la CDMX, cercanos al jefe de Gobierno, hablan de la posibilidad de establecer aquí una alianza entre el PAN y el PRD, la cual –desde mi punto de vista– carece de sentido por varias razones.
En el 2018, además de la elección federal presidencial, habrá nueve procesos locales y la idea de un FAD no debe incluir necesariamente alianzas locales, las cuales, deberán estar determinadas, en todo caso, por las condiciones particulares de cada entidad.
A lo largo de más de 30 años de militancia en Acción Nacional, en varias ocasiones he apoyado abiertamente las alianzas entre partidos de oposición, pero bajo dos condiciones que considero sine qua non. Primero, debe haber una plataforma de transición que garantice –en caso de ganar– el cambio de fondo que logre desmantelar las condiciones antidemocráticas y de corrupción que imperan; y segundo, que se busque la alternancia donde nunca ha gobernado un partido distinto o que después de varias administraciones el partido en el poder no haya efectuado los cambios esperados.
Si a nivel nacional combatimos la corrupción, impunidad, inseguridad, violencia y las políticas clientelares electorales, representadas por el PRI; en la CDMX resulta lo mismo pero con el gobierno del PRD. Por lo que es imposible la alianza.
Respecto al FAD existe un riesgo muy alto para el PAN, ya que un frente amplio debería considerar a todos o al menos a la mayoría de los partidos de oposición, pero esto no es así; hay un tercer actor que es Morena con López Obrador quien ya dijo que con el PRD y el PAN, “ni a la esquina”. El Frente se presenta como una alternativa al sistema de corrupción e impunidad que representa el PRI y por otro lado a la demagogia de Morena y de López Obrador. Esto significa que, de entrada, el FAD se coloca en desventaja en relación a los otros dos actores porque se asume que solos, los partidos que componen el Frente no podrían obtener el triunfo.
Las encuestas recientes demuestran que el PAN, con una de sus aspirantes que es Margarita Zavala, es totalmente competitivo y con posibilildades de ganar la elección presidencial. En la encuesta de “De las Heras” la semana pasada, el PAN participando en la elección presidencial solo frente a Morena, aparece a poca distancia, pero en alianza con el PRD en el FAD sube a ocho puntos. Esto demuestra la inutilidad del Frente.
Por otra parte, y conforme a la experiencia electoral, puedo afirmar que de aparecer en la boleta electoral el emblema del FAD, independientemente si el candidato fuera del PAN o del PRD, lo más probable es que el votante tradicional del PRD votaría por López Obrador. Esto representaría la victoria de AMLO o del PRI y un colapso para el PAN a nivel nacional.
El único interés del PRD en conformar el FAD con el PAN es tratar de salvar sus posiciones en la CDMX y desde luego la Jefatura de Gobierno. El PAN no puede caer en esta trampa porque, dada la división al interior del PRD sobre la alianza, seguramente en la CDMX, el voto útil iría a Morena o al PRI, el PRD perdería todo y el PAN no ganaría nada.
El PRD ha gobernado la Ciudad de México desde 1997. Ha impuesto en las jefaturas delegacionales a personajes impresentables, sin capacidad y muy corruptos. Además, todos los jefes de gobierno electos han utilizado el puesto como trampolín a la Presidencia de la República, sin atender a fondo los graves problemas de la CDMX. La corrupción en estas administraciones ha sido escandalosa, a la par de la inseguridad y la pérdida en la calidad de los servicios ha ido en ascenso. Con mayor razón no podemos aliarnos con alguien que cuando ha tenido la oportunidad de cambiar las cosas las ha empeorado. Cabe mencionar que muchos perredistas que tuvieron esa oportunidad ahora son parte de Morena, por que este partido representa los mismos vicios.
El PAN debe concentrarse en su proceso interno para elegir candidato o candidata a la Presidencia con armonía y unidad, y lo mismo para la Jefatura de Gobierno. Las condiciones para volver a ganar la Presidencia en 2018 están dadas y si en el camino se abre la posibilidad de alianzas con otros partidos, bienvenidas sean, pero no caigamos en espejismos ni en engaños. En la CDMX, el PAN debe apostar a sus propios cuadros; defender su plataforma y sus principios.
He presentado mi registro como aspirante a la Jefatura de Gobierno por Acción Nacional, seguro de que se pueden lograr los cambios profundos que requiere la Ciudad y, por otra parte, motivar a la gente a participar abiertamente con entusiasmo y una nueva actitud que garantice nuestro futuro.