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No se puede desincentivar el uso del auto particular sin una oferta suficiente de transporte público seguro, eficaz, limpio y de alta capacidad.
La gravísima contaminación de la atmósfera que padecimos la semana pasada, evidencia la falta de una política ambiental con visión metropolitana y de largo alcance, y deja al descubierto la falta de capacidad de las autoridades para resolverlo.
Los programas de transporte y de movilidad no obedecen a planes integrales metropolitanos, sino a decisiones políticas de muy corto plazo, casi siempre en función de la imagen del jefe de gobierno y en muchos casos, lamentablemente, a “jugosos negocios” de las empresas “consentidas” del momento; recordemos los escándalos del caso Carlos Ahumada y más recientemente de OHL o Higa.
Los responsables de la grave situación de la contaminación del aire son los consecutivos gobiernos de la Ciudad que han tomado decisiones equivocadas respecto de los planes de transporte. Se ordenó el arranque de la construcción de los segundos pisos, sin un plan integral y violando distintas normas ambientales del Plan Maestro del Metro y del Plan Integral de Transporte y Vialidad Metropolitano.
Como legislador participé en la elaboración de estos planes, cuyo objetivo central era el fortalecimiento de un sistema de transporte público de alta capacidad en toda la Zona Metropolitana de la Ciudad de México (ZMCM). Años más tarde, discutí en varios debates públicos para demostrar el error de construir segundos pisos de vialidades en lugar de invertir en transporte público.
En el mundo entero la teoría de “tránsito inducido” demuestra que al construir más vialidades, aumenta el número de autos particulares en circulación.
Se han invertido miles de millones de pesos en los segundos pisos, con absoluta opacidad y sin responder a un plan de carácter integral. Todavía hoy está “reservada” la información de lo que se construyó en el período de López Obrador. A partir de entonces, la venta de autos se incrementó año con año, hasta llegar a la penosa situación que vivimos hoy de embotellamientos todo el día y la consecuente contaminación del aire. El programa Hoy No Circula, en sus distintas fases, solo contribuyó a incentivar la compra de autos y a la par generó una tremenda corrupción al grado que hoy prácticamente todos los autos pueden circular.
Si esos cuantiosos recursos se hubiesen orientado a mejorar y ampliar el transporte público, no tendríamos esta situación de contaminación. Además del error de política pública, se dejó de invertir en Metro; el Plan Maestro quedó en el olvido, se abandonó el mantenimiento permitiendo que en este momento 110 trenes estén fuera de operación por reparaciones y falta de refacciones. Por esta razón hay un colapso total del sistema poniendo en riesgo a los usuarios. En cualquier país democrático, los responsables principales de esta crisis estarían siendo juzgados.
Resulta ridícula la medida de ofrecer gratis el servicio de transporte sin mejorar la oferta. ¿Cómo puede trasladarse la gente si no hay capacidad en los distintos sistemas de transporte público? Y siendo realistas, eso no soluciona el problema constante. Como consecuencia, en la CDMX y su ZMCM circulan cerca de cinco millones de autos particulares.
Se requieren de varias medidas urgentes, entre otras: modificar radicalmente el Hoy No Circula; limitar las dimensiones, peso y horarios de los camiones de carga; promover el reparto de mercancías por la noche; no permitir la circulación y sancionar a vehículos ostensiblemente contaminantes de cualquier tipo; cambiar las combis y microbuses del transporte concesionado por camiones modernos de alto desempeño ecológico; promover cambios para la recolección nocturna de basura; cambiar la distribución de gas LP de cilindros y pipas, por un sistema moderno de gas natural por medio de ductos.
Estas y otras medidas se deben aplicar en el corto y mediano plazo, pero lo fundamental es retomar los planes maestros metropolitanos del Metro y del Transporte Público, para dar opciones reales de movilidad a la ciudadanía. Se requieren muchos recursos y mucha voluntad política pero es urgente hacerlo.
ciudadposibledf.org
twitter: @JL_Luege