El Consejo Mexicano de la Familia (ConFamilia) presentará mañana martes en el Senado de la República la primera Iniciativa Ciudadana que propone reformas al Artículo Cuarto de la Constitución. El ConFamilia promovió la iniciativa en cincuenta ciudades de toda la República y logró el apoyo de 220,000 firmas, muchas más de las que exige la ley.
La propuesta busca el reconocimiento del matrimonio como fundamento natural de la familia y se basa en el Párrafo tercero del Artículo 16 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, donde se establece que la “familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección del Estado”.
El proyecto de reforma plantea, entre otros temas, que en todas las decisiones y actuaciones del Estado se vele por el desarrollo integral de la familia y que este principio guíe el diseño, ejecución y seguimiento de las leyes, programas y políticas públicas. La Iniciativa demanda que se tutele el derecho de los padres a escoger la educación de sus hijos, lo que incluye todo lo correspondiente al desarrollo de las aptitudes intelectuales, educación sexual, moral y libertad religiosa.
En su exposición de motivos, el ConFamilia denuncia que es insostenible el nivel de deterioro de la familia mexicana y que urgen cambios de fondo. La corrupción, la impunidad y la violencia que imperan en el país en estos tiempos, no son más que un reflejo de la descomposición social que sufrimos, en gran medida, por el debilitamiento de la unidad e integración de las familias y la falta de atención del Estado.
El documento detalla datos verdaderamente preocupantes. México ocupa un vergonzoso primer lugar en violaciones graves a derechos humanos pero también en rezago social, por ejemplo: ocupamos el primer lugar en pornografía infantil, tráfico sexual de niños y abuso de menores; primer lugar en obesidad infantil, la educación física en las primarias consiste en algunos movimientos equivalentes a 12 minutos a la semana; primer lugar de la OCDE en embarazos de adolescentes, casi medio millón al año, donde 83% de las madres abandonan la escuela; somos el segundo país en el mundo en trata de personas menores de edad; se estima que 30,000 menores entre 10 y 14 años son víctimas de la trata; y específicamente en la CDMX, 50% de los niños de la calle han sufrido violaciones sexuales.
En la exposición de motivos también se denuncia el terrible rezago en el combate a la pobreza. Entre 2012 y 2014, según el Coneval, la pobreza aumentó de 45.5% a 46.2%. De estas personas en situación de pobreza, 69.3% viven en zonas urbanas y la mayoría no tiene acceso al programa Prospera. Esto se refleja, evidentemente, en la CDMX.
En el año 1994, se contabilizaron 23 millones de pobres en el país y en el 2014 el dato aumentó a 53 millones, de los cuales 11.5 se consideran en pobreza extrema y de estos últimos, 5 millones son niños.
Los datos tomados del Coneval son contrastantes: mientras somos la catorceava economía del mundo, ocupamos el lugar 81 en el PIB per cápita; el poder adquisitivo del salario está por debajo del de los años ochenta. También algo gravísimo es que se ha denunciado que 266,900 trabajadores en todo México laboran en condición de esclavitud.
Ante estos datos alarmantes se requiere un espacio amplio de reflexión para entender que es precisamente en la unión y fortalecimiento de las familias mexicanas donde tenemos una de las soluciones más directas a los gravísimos problemas que ocurren a nivel nacional y en la propia Ciudad de México.
El papa Francisco en su discurso en Chiapas fue enfático: “la familia está siendo debilitada, está siendo cuestionada; se cree que es un modelo que ya pasó y que ya no tiene espacio en nuestra sociedad. Se van inoculando en nuestras sociedades libres y democráticas, colonizaciones ideológicas que la destruyen y terminamos siendo colonias de ideologías destructoras de la familia, del núcleo de la familia que es la base de toda sana sociedad”.
La propuesta del ConFamilia concluye con una gran verdad: “Si queremos un mejor país, necesitamos mejores ciudadanos y el lugar, la célula donde estos se forman y preparan, es en el seno de la familia”.
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