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El Tratado de Libre Comercio, el más ambicioso proyecto de entendimiento con el vecino del norte, ha sido mucho más que un acuerdo mercantil; ahora pende del capricho de un demagogo. Sume la xenofobia del próximo inquilino de la Casa Blanca. Ambas realidades incidirán con el resto del mandato peñista, y en el destino de nuestra próxima elección presidencial. No tiene remedio.
Acosa el apremio.
Por eso, desde Lima, Perú, en el contexto del Foro de Cooperación Asia-Pacífico, el Presidente de la República defiende acuerdos comerciales y busca aliados, ante la amenaza de afanes proteccionistas y ultranacionalismos peligrosos.
Enrique Peña responde a la amenaza del huracán Trump, lo abruma la desconfianza en el futuro, y nos prepara a resguardar los intereses nacionales ante el agresor estadounidense.
¿Se acabó la admiración de México por las leyes, riquezas y prosperidad de Estados Unidos?; ¿la codicia del norte es el peor peligro?; ¿Trump es un lobo feroz?
¿Con qué fuerza Peña puede llamarnos a la calma y mostrar liderazgo en horas aciagas?
Hace tiempo, nuestro mandatario perdió credibilidad. Así lo reflejan los números fríos de la encuesta realizada por Buendia & Laredo, publicada por EL UNIVERSAL el domingo pasado (coincide con el sondeo de Consulta Mitofsky): Peña Nieto aparece en el momento de popularidad más bajo para un cuarto año presidencial, apenas respaldado por el 25 por ciento de la población; el 66 por ciento lo reprueba por la falta de crecimiento económico, lentitud de las reformas estructurales, violencia creciente y la improbabilidad de saber adaptar la relación con Estados Unidos a circunstancias imprevistas.
En alto contraste, Andrés Manuel López Obrador aprovecha la crisis de popularidad peñista como oportunidad para acrecentar la propia… y ganar terreno.
El dueño de Morena acelera motores; resucita su Proyecto Alternativo de Nación. Ofrece “entregarse” a la “honestidad valiente”, el combate a la impunidad y la eterna promesa de atender primero a los pobres.
¿Cómo propone enfrentar el futuro con Trump, el vecino distante?
La estrategia de AMLO compromete autosuficiencia alimentaria; arraigar a los nuestros; a los ejidatarios hacerlos socios de cooperativas agropecuarias; integrar prestaciones laborales en efectivo al sueldo; cancelar la construcción del nuevo aeropuerto; construir más caminos para ocupar mano de obra; hacer carreteras de concreto para que duren; revisar la reforma financiera; que las gasolinas cuesten, cuando mucho, lo mismo que en Estados Unidos; bajar impuestos; subir salarios; acrecentar la matrícula escolar, incorporar a maestros en los procesos educativos… y fomentar la economía interna con subsidios dirigidos.
El Peje sabe que la vulnerabilidad del TLC y la amenaza de deportación de nuestros migrantes nos coloca a la deriva.
Mientras Peña Nieto y el PRI asumen prudencia y paciencia, Andrés Manuel encuentra en el populismo la respuesta… y su última oportunidad.
EL MONJE ESTADÍSTICO: Según encuesta del diario Político y la empresa Morning Consult, la popularidad de Trump creció 9 por ciento, al pasar de 37 por ciento, justo antes de la elección, al 46 por ciento este lunes; el margen de error es lo de menos.
@JoseCardenas1
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