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Ningún amor tan encendido como el que renace de sus brasas.
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Qué diferente la paz inane de la comodidad material a la paz dolorosa de la reconciliación con nosotros mismos.
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Sin problemas de la vista, cuántas cosas no vemos aunque las tengamos enfrente.
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A veces, al rezar, en la forma que sea y cuando sea, sentimos que somos escuchados.
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Hay seres asombrosamente apagados en apariencia pero iluminados interiormente, al igual forma que todos los colores se ocultan en el gris.
