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El mundo entero se ha convertido en una vecindad. De la misma manera que sabemos que Kim Jong-un, otro loco furioso, lanzó un cohete transcontinental desde Corea del Norte que bien podría alcanzar Alaska, fuimos informados que un destructor estadounidense invadió el mar del sur de China, una irritante violación de su espacio marítimo. Macron, emplazó a los legisladores de Francia a reformar las instituciones del país en un plazo de un año o, en caso contrario, convocaría a un referéndum de modo que los ciudadanos resolvieran el destino de su patria, en lugar de sus propios representantes populares. ¡Qué manera de gobernar y dar un golpe de timón! Macron, no cabe la menor duda, es un líder revolucionario enemigo de las medias tintas. Ejecuta los cambios contra viento y marea. No me puedo imaginar, entre paréntesis, que un presidente mexicano solicitara reducir a la mitad el número de senadores y diputados, extinguiera de un plumazo a los legisladores plurinominales, convocara a una segunda vuelta electoral, instrumentara sin tardanza y con eficiencia, el Sistema Nacional Anticorrupción, reformara el de impartición de justicia, redujera drásticamente los subsidios a los partidos políticos, insistiera en la creación de una Unión Norteamericana, una calca de la europea y creara la figura de un primer ministro al estilo francés, una vez entendida y aceptada la extinción del sistema presidencialista. ¿Cuándo, cómo y dónde…? A saber…
Como las noticias se producen y se suceden las unas a las otras a una velocidad impredecible, me resulta imposible dejar el tintero un hecho notable consignado en las páginas de EL UNIVERSAL. “Usan los huachicoleros 180 mil vehículos de transporte.” ¿Qué…? Sí, querido y respetado lector, los bandidos que roban el petróleo supuestamente propiedad de la nación al extraerlo de los ductos de la empresa más importante de México, utilizan 180 mil vehículos para transportar las gasolinas, el producto del hurto. La pregunta obvia salta de inmediato para colocarse entre las teclas de mi computadora: ¿Acaso la Policía Federal de Caminos no puede detener a las pipas propiedad de los mafiosos, que circulan en las carreteras del país? ¿Moverán las gasolinas en el tanque de un “vochito” o las transportarán en bicicletas en botellas de un litro? Seamos serios, el comercio ilícito de carburantes vale más de 20 mil millones de pesos: toda pipa debe ser sujeta a revisión y si no se dictan rígidas medidas al respecto, es simplemente porque la propia autoridad, el sindicato de petroleros, secretarios de Estado, gobernadores, procuradores, presidentes municipales, policías federales y las estatales, forman parte de la banda y están evidentemente en el negocio, es decir en la comisión de delitos en contra de la nación. Si no acaban con los huachicoleros es porque no quieren acabar con los huachicoleros, salvo que se ignore en qué lugar, en concreto, se encuentran perforados los ductos para poder bloquearlos con todo el rigor de la ley. ¿Se ignora lo anterior? ¡Ja!
Dentro del contexto de esta ensalada dominical, no debo dejar de consignar el momento en que la señora Ágata Kornhauser, primera dama de Polonia, destacada catedrática y hermosa mujer, que, por cierto, hizo su tesis profesional sobre la Tetralogía de Horst Bienek, se atrevió a dejar a Trump, en un acto público, con la mano en el aire para saludar antes a Melania, la primera dama de Estados Unidos. Las redes sociales se saturaron con la transmisión del video, en el cual se mostraba este feliz desprecio por el jefe de la Casa Blanca. ¿Melania, a diferencia de Ágata, habrá leído un libro en su vida?
En esta exquisita indolencia propia de un día de descanso, leí una nota en donde un ciudadano airado encaraba al ex presidente Fox en el mercado de dulces de San Cristóbal de las Casas, acompañado de elementos de seguridad, recriminándole a voz en cuello: “Nos fallaste. Pudiste matar al PRI y lo dejaste vivo. Fuiste cómplice de ellos, es una lástima porque yo voté por ti en el 2000”. La aseveración de este personaje desconocido no puede ser más exacta. Vicente Fox tuvo toda la oportunidad para desmantelar, hasta sus últimas consecuencias, el perverso aparato político del PRI, administrado por una pandilla de bandidos, sálvese el que pueda, desde 1928, y, sin embargo, ni siquiera lo intentó, a pesar de contar con el capital político para lograrlo. ¿Acaso, a modo de un solo ejemplo, ¿no pudo emitir una legislación para prohibir el uso de los colores patrios en el emblema del PRI, con el cual dicho partido lucra con los millones de mexicanos sepultados en la ignorancia? Y Calderón ¿por qué no lo intentó y en cambio, su éxito más reconocido fue regresar al PRI a Los Pinos?
Dos notas internacionales que deben ser incluidas en este coctelito dominical. Una, el hecho de haber permitido que Ivanka Trump tomara asiento en el grupo de los 20, un acto solemne, en lugar de su padre, lamentablemente el jefe de la Casa Blanca, rompiendo todo protocolo y principio diplomático. ¿Qué pasaría si los presidentes y primeros ministros que asistirán al mismo encuentro el año entrante, siguieran el desastroso y desaseado ejemplo de Trump, quien cometió una imperdonable falta de respeto, producto de la prepotencia y del narcisismo de un hombre que se considera invencible hasta que ya no lo sea, cuando el año entrante hayan elecciones intermedias en Estados Unidos y los demócratas obtengan la mayoría en ambas cámaras para proceder de inmediato a la destitución este ilustre payaso. Dos: la liberación de Leopoldo López, el poderoso líder de la oposición venezolana, ¿deber ser visto como una expresión de generosidad de un tirano? Por supuesto que no: el gran Leopoldo nunca debería haber pisado una prisión como consecuencia de la manifestación de sus ideas. Antes de obsequiarle a Maduro un solo cumplido, creo que la liberación de este distinguido líder político habla del miedo que ya padece el dictador, sobre todo cuando los propios chavistas descalifican la brutal golpiza ejecutada en la Asamblea Nacional en días pasados. Maduro debe retirarse, bueno, es más, nunca debería haber llegado al poder, bueno, en realidad, nunca debería haber nacido…
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