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¿Qué tal un Banxico controlado por Morena? ¿No…? Pues entonces propongo que los castristas, los neocastristas y protocastristas, neoliberales, reaccionarios, ultrarreaccionarios, socialistas, panistas, panegiristas, ecologistas, priístas, hasta los morenistas y perredistas, fundamentalistas divididos en intransigentes, incendiarios y fanáticos; los católicos, presbiterianos, liberales; los neocardenistas y los neoindigenistas del extremo “centro”, todos los partidos y tendencias políticas deberían defender el modelo económico que más problemas resuelva, el que proporcione más llaves de agua potable, más zapatos, más hospitales, más teléfonos, más líneas de fibra óptica, más teatros, más satélites, más telecomunicaciones, más vacunas, más automóviles, más escuelas, universidades y tecnológicos, es decir, el modelo económico que pueda crear más empleos, generar más riqueza y ofrecer a los gobernados mejores regímenes de seguridad social es, sin duda, el que debemos elegir más allá de toda demagogia... ¿O no...?
Si los “morenistas” operaran el Banco de México, las finanzas públicas, una vez logradas las reformas legales del caso, se volverían a manejar desde Los Pinos. Por ende, lejos de resolver más problemas, se volverían a escoger los caminos, ya probados, que conducen el desastre. Las políticas monetarias y las cambiarias ya no serían coordinadas por una sola autoridad autónoma, con lo cual reincidiríamos en la práctica irresponsable de imprimir dinero fresco, con las consecuentes espirales inflacionarias, las devaluaciones traumáticas y las recesiones económicas que sepultarían temerariamente a más millones de mexicanos en la miseria. Los populistas quieren tanto a los pobres que los multiplican por doquier…
En los países con alto grado de evolución democrática, ambas políticas las lleva una sola institución. Volante y pedales los controla el Banco Central con el objeto de impedir la irrupción violenta de la carestía, un impuesto pernicioso que lastima paradójicamente a quien más se desea proteger: ¡A los marginados! ¡Cuidado con la inflación! El Banco de México debe llevar las bridas de la política cambiaria y de la monetaria para que las políticas populistas, igualmente devastadoras, no aplasten de nueva cuenta, como han aplastado, el gran sueño mexicano... Las devaluaciones, es decir, la verborrea monetaria, está comprobado hasta la saciedad, dañan a quien menos tiene: a las personas que carecen de lo estrictamente indispensable…
Una vez impuesto el populismo se descubre el gran embuste que implica, por lo que los marginados de siempre se quedan sin tortillas ni leche ni esperanzas, los ingredientes para provocar una explosión social. ¿Y Venezuela?
El Banco de México debe gozar de la autonomía jurídica que le permita dictar las políticas cambiarias y monetarias como acontece en el mundo civilizado. Jamás debemos volver a permitir la politización de la economía: ésta debe operar sometida al máximo rigor técnico. A la demagogia no se le puede conceder el uso de la palabra. Ya sabemos como ésta embriaga a quienes ya no tienen nada que perder. No puedo ni imaginar que un Poder Ejecutivo y uno Legislativo mayoritariamente “morenistas”, reformen la ley orgánica de Banxico y corramos el peligro de volver, por lo menos, a la época de las cavernas. Una prueba de populismo, a otra escala, lo volvimos a padecer en la actual administración…
fmartinmoreno@yahoo.com