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Somos un país sediento de justicia social, plagado de pírricas victorias, honrosas derrotas, que sueña con un caudillo que nos libere de todos los lastres que nos aquejan, para conducirnos a la felicidad eterna.
Por eso, no me extraña que los porristas de la Selección hayan echado a vuelo los elogios, haciendo girar las matracas a un ritmo vertiginoso para celebrar jubilosos “la era ‘Tuca’”, que nos otorgó el boleto a la Copa Confederaciones a celebrarse en Rusia en 2017; tanto así, que ya quieren canonizar al técnico brasileño.
Desde luego me uno a la alegría popular por tan insigne logro; sin embargo, no en la manera desmedida y desproporcionada en que se ha hecho.
Los tres primeros partidos sirvieron para confirmar las añejas carencias que padece el Tri y que, en la era ‘Tuca’ no fueron la excepción: 1) Lo vulnerable que es la defensa, sobre todo en las jugadas a balón parado, así lo demuestra el primer gol de Estados Unidos; 2) Lo poco contundente del ataque, de las que se fabrican se meten muy pocas, tal y como se vio frente al vecino país del norte, en donde nos cansamos de fallar; 3) La falta de manejo del partido, sobre todo en los minutos finales, como sucedió en el duelo ante Argentina, en el que nos sacaron el empate en los últimos instantes y contra EU, en donde nos dejamos alcanzar en un par de ocasiones. Del partido “molero” ante Panamá, en el que por cierto el equipo no se vio nada bien, ya ni hablamos.
Dicen (los que “saben”) que se jugó muy bien ante los estadounidenses. Bueno, ante un equipo que entregó la media cancha, sobre todo en el segundo tiempo, y se echó para atrás cediendo la iniciativa a los nuestros, hubiera sido el colmo que se jugara mal. De cualquier modo, bueno sería recordar que estuvimos a tres minutos de llegar a la serie de los fatídicos penaltis para definir un ganador.
Por supuesto no podía faltar la cereza en el pastel, el hecho de que el DT en turno se encapriche en llevar al equipo a uno o dos de sus consentidos, tal y como pasó con la convocatoria de la ‘Palmera’ Rivas, que ni siquiera es titular en Tigres y no es material de Selección.
El desorden entre los convocados que llegan cuando se les pega la gana y rompen concentración cuando quieren, no fue la excepción.
Se manejó estupendamente ante los medios, pero para mi gusto, se equivocó al declarar (ante la aprobación popular) que “no era obligación ganarle a EU”. ¿Entonces para qué les pagan, para perder?
Celebro el boleto obtenido, pero hasta ahí. Sigo teniendo a Ferretti en el mismo concepto de antes. Un DT con oficio, ratonero y cumplidor.
No soy dueño de la verdad. A mí me pagan no por tener la razón; sino... por escribir mi opinión.
ebrizio@hotmail.com