En China, la totoaba se considera afrodisiaca. Se cotiza hasta en 20 mil dólares un plato de este pescado que se captura en el Alto Golfo de California mexicano, según datos oficiales de nuestro país.

Lo automático sería decir que vaya negociazo el que hacen las redes criminales México-China que pescan ilegalmente esta especie y en el camino matan a la vaquita marina, un muy bonito animal que se parece al delfín y que sólo existe en nuestro país. Y sí. Como toda actividad criminal, es un negociazo.

Pero también ha sido un negociazo para las autoridades ambientales de varios sexenios consecutivos: la alerta sobre la vaquita marina existe desde hace cosa de veinte años y las administraciones de Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto han dedicado cientos de millones de pesos a evitar su extinción. ¿El resultado? Está en más riesgo que nunca. Quedan cosa de treinta ejemplares.

Eso desata ya las sospechas: tanto dinero, tantos programas, tantos anuncios, tantos funcionarios y cada vez menos vaquitas marinas. Ignorancia, ineptitud, negligencia o franca corrupción.

En este sexenio el asunto empezó a tomarse un poquito en serio cuando llegaron de Estados Unidos cartas amenazado a México con bloquear exportaciones si seguía pescándose la totoaba sin control, a costa de la extinción de la vaquita marina. Estas amenazas agarraron en el desconocimiento total al entonces secretario del Medio Ambiente, Juan José Guerra Abud, una de las cuotas del presidente Peña Nieto a sus impresentables aliados del Partido Verde.

No es que sólo queden vaquitas marinas en México, es que nunca las ha habido en otro lugar. Es una especie mexicana. Y ya nuestro país fue vergüenza ambiental mundial hace años cuando dejó desaparecer la foca monje en el Caribe.

Un grupo de héroes de la naturaleza, que con mínimos recursos han levantado la alerta desde hace demasiado tiempo, sienten que la batalla está prácticamente perdida. Muchos biólogos consideran que con tan pocos ejemplares ya no hay nada que hacer. El gobierno dice que va por el milagro:

300 infantes de marina en quince lanchas rápidas, apoyados por drones, peinan el mar tratando de inhibir la pesca ilegal y detener a quienes estén violando la ley. Apenas hace unos días detuvieron a una panga. Sus tripulantes traían pistolas, cartuchos útiles, mariguana, ah, claro, y redes para pescar. Las imágenes las puede consultar en www.carlosloret.com

El negociazo es… ganancia de “pescadores”, de varios tipos de pescadores.

SACIAMORBOS. En los tiempos del arranque de este siglo, había un hombre que seguía al ya desde entonces polémico cardenal Norberto Rivera Carrera para donde fuera. El de todas sus confianzas, el que no se perdía una, el que lo acompañaba siempre, el primero en el primer círculo. Hace unos días, este hombre tan cercano al purpurado fue designado cabeza de una institución estratégica cuyas oficinas están en Insurgentes Sur 3211 en la Ciudad de México.

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