La labor de Juan Carlos Osorio ha polarizado el medio. Las redes sociales son el espacio perfecto para la manifestación de ideas respecto al trabajo del ténico nacional. El aficionado puede decir lo que quiera, expresa lo que siente. El analista, crítico, detractor o apátrida, como le quieran llamar, no puede llegar a este ejercicio con la pluma cargada de emociones. Aquí no se trata de me cae bien o me cae mal, de si es extranjero o mexicano. Se trata de detallar situaciones de manera congruente para no ser defensor un día y al otro verdugo; ser congruentes. Osorio seguirá, tendrá que aprender del fracaso para no repetir la novela.

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