El lunes 17 de abril, unos mil 300 presos políticos palestinos detenidos por Israel iniciaron una huelga de hambre de masas para presionar por derechos básicos y arrojar luz sobre las difíciles condiciones humanitarias que se viven en las cárceles israelíes. El movimiento coincidió con el 43 aniversario del Día de los Prisioneros Palestinos, que simboliza la resistencia a la ocupación de Israel desde 1967. Las protestas populares estallaron el lunes en las ciudades cisjordanas de Ramallah, Hebrón, Yenín y Naplusa en apoyo de 6 mil 500 prisioneros que se encuentran internados en 22 prisiones dentro de Israel; entre ellos hay 536 en detención administrativa, 55 mujeres, 300 menores y 513 están sentenciados de por vida.

El movimiento es liderado por Marwan Barghouti, considerado el prisionero más prominente y que cumple cinco condenas de cadena perpetua por ser el líder de la segunda Intifada, registrada en el año 2000, y es visto como un futuro líder palestino después del actual presidente, Mahmoud Abbas.

Barghouti logró enviar un artículo de opinión, que fue publicado en The New York Times el pasado domingo, explicando las razones de la huelga de hambre. Afirmó que Israel ha establecido un doble régimen jurídico, una forma de apartheid judicial, que proporciona una virtual impunidad para israelíes que cometen crímenes contra la presencia y resistencia palestina, y “no nos rendiremos a ella”, escribió.

El presidente Abbas pidió la intervención urgente de la comunidad internacional para salvar la vida de los prisioneros palestinos, advirtiendo del deterioro de la situación en caso de intransigencia del gobierno israelí y su negativa a considerar las demandas de los huelguistas.

Rami Hamdallah, primer ministro de la Autoridad Palestina, se dirigió a los presos diciendo (de acuerdo con Al-Jazeera): “En este día [ustedes] nos recuerdan el dolor de la prisión, la crueldad de la ocupación y la injusticia de las celdas, como nos recuerda nuestro orgullo, en su firmeza y sacrificio. En medio de esta batalla exhorto a todos los palestinos y a las instituciones nacionales a mostrar una mayor solidaridad para que podamos transmitir el mensaje de los prisioneros al mundo entero”.

Amina Al-Taweel, portavoz para el Centro de Estudios de Prisioneros Palestinos, con sede en Hebrón, proclamó que “el gobierno israelí será responsable de todas y cada una de las consecuencias de esta huelga de hambre. Si un prisionero muere o se enferma gravemente, sera quien tendrá que manejar el resultado”.

Las demandas de los prisioneros incluyen visitas familiares frecuentes, el fin del aislamiento, el fin de la detención administrativa, una mejor atención de la salud y una mayor adhesión a la educación.

Contrario a la Cuarta Convención de Ginebra, los prisioneros palestinos están detenidos en Israel, cuando deberían estar en Cisjordania o en la Franja de Gaza. Esto influye en la restricción del acceso a la familia y seres queridos, ya que los familiares del prisionero palestino deben solicitar permiso para visitarlo y se les niega la entrada a Israel con el pretexto de la seguridad.

Las autoridades israelíes respondieron que no negociarán con prisioneros. El Servicio Penitenciario israelí dijo que “las protestas y las huelgas son actividades ilegales y se enfrentarán a una penalización inquebrantable”.

El Primer Ministro Benjamin Netanyahu se burló del artículo en The New York Times diciendo que “presenta al terrorista Marwan Barghouti como parlamentario y líder”. El ministro israelí de Seguridad Pública, Gilad Erdan, señaló que cree que la huelga tiene motivaciones políticas y que los presos no tienen quejas legítimas: “Son terroristas y asesinos encarcelados que están consiguiendo exactamente lo que la ley internacional requiere”.

La huelga de hambre se produjo en un momento difícil para el presidente Abbas. La cuestión de los prisioneros es muy emocional para los palestinos y estarán motivados para llevar la situación de los rezagados a la cima de la agenda humanitaria internacional en un momento de nuevos intentos de Estados Unidos por reanudar las estancadas negociaciones de paz, con la ocupación israelí alcanzando la marca de medio siglo en junio.

El presidente Abbas se reunirá en mayo con el presidente Donald Trump Washington y los preparativos para el encuentro se llevan a cabo en niveles diferentes. Es temprano para juzgar si la huelga alcanzará sus objetivos, las huelgas anteriores tardaron mucho tiempo antes de llegar a un compromiso.

Embajador de Líbano en México entre 1999 y 2011

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses